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Entrevista:Nawaz Sharif | Ex primer ministro y líder de la opositora Liga Musulmana | Magnicidio en Pakistán

"Benazir murió por culpa de Musharraf"

Nawaz Sharif, hijo de una de las grandes familias de Punjab -la provincia más rica de Pakistán, con 65 millones de habitantes-, concierta la entrevista en su finca, situada a unos 30 kilómetros de Lahore, la capital provincial. Antes de traspasar la primera verja, los guardas comprueban los datos y registran el coche que se adentra por una carretera privada entre campos de cultivo. Amplios jardines y coches de lujo rodean la mansión familiar. Después de una hora de conversación distendida con el hijo menor del político y con Shahbaz Sharif, el hermano menor, que encabeza la lista al Parlamento de Punjab también por la Liga Musulmana de Pakistán-N (PML-N), el ex primer ministro recibe a EL PAÍS en un inmenso salón cuya puerta guardan dos leones disecados.

"El Gobierno ha sacado una lista de objetivos a eliminar que me incluye"
"Si Al Qaeda hubiese matado a Bhutto, lo habría dicho"
"El general Musharraf es la raíz de los peligros que acechan al país"
"Espero que el presidente Bush se dé cuenta de que lo está utilizando"
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Pregunta. ¿Qué opina del anuncio de la Comisión Electoral de que "en principio" se van a retrasar las elecciones?

Respuesta. El Gobierno quiere evitar los comicios. Sabe que las masas han abandonado a su partido, la Liga Musulmana de Pakistán-Q (PML-Q), cuyo electorado ha quedado reducido a cero y manipula para impedir su colapso. Esto hace la situación del país aún más difícil e inestable.

P. Según la Comisión Electoral, la quema de 12 de sus oficinas en los disturbios causados tras el asesinato de Benazir Bhutto obstaculiza que se celebren dentro de seis días.

R. Eso son excusas. Las elecciones pueden ser el 8 de enero en todo el país y algo más tarde en los distritos afectados.

P. ¿Atribuye el retraso sólo al temor a la derrota?

R. Absolutamente.

P. ¿Cree que detrás del asesinato de la líder del Partido Popular de Pakistán (PPP) está Al Qaeda?

R. Al Qaeda lo ha desmentido categóricamente y si lo hubiera hecho lo habría dicho. Además, antes incluso del atentado fallido [del 18 de octubre en el que murieron 143 personas] la misma Benazir Bhutto envió una carta [al presidente Pervez Musharraf] en la que apuntaba con sus nombres a tres funcionarios del antiguo régimen de Zia ul Haq (1977-1988), que tienen cargos en éste.

P. ¿Considera al presidente responsable del asesinato?

R. No voy a criticar a nadie, pero la política de Musharraf,que ha condenado al país a la inestabilidad rutinaria y a la violencia de cada día, es la causante de todos los males. Por esa política ha muerto Benazir y la vida diaria se ha vuelto mucho más peligrosa.

P. ¿Teme que también le quieran matar?

R. El Gobierno ha sacado de no sé donde una lista de objetivos a eliminar y en ella se incluye mi nombre.

P. ¿Se siente seguro?

R. No creo que ningún político en estas circunstancias se sienta cómodo. Evidentemente las medidas de seguridad que ofrece el Gobierno son inadecuadas. Si Bhutto hubiera tenido una seguridad apropiada no la habrían matado. Mi partido no está satisfecho con las medidas del Gobierno.

P. ¿Cree que Al Qaeda es una amenaza para Pakistán?

R. Musharraf es la auténtica amenaza. Es la raíz de los peligros que acechan al país. No es la solución de Pakistán sino el problema.

P. ¿No le preocupa Al Qaeda?

R. La amenaza proviene del extremismo debido a la situación política que atravesamos. Por ello, es muy importante impulsar el proceso de democratización. La dictadura alimenta el extremismo, el radicalismo y la militancia. Lo primero que tenemos que hacer es definir de dónde procede el mal. ¿Es la actual política la que inflama el extremismo? Debemos analizar este fenómeno a través de instrumentos democráticos, porque la democracia integra a todos los sectores de la sociedad y desde ésta se pueden definir los problemas y las vías de solución.

P. El presidente es el gran aliado de EE UU en la lucha contra el terrorismo internacional.

R. Musharraf necesita el extremismo para seguir en el poder y precisa esta amenaza para mantener a su lado al presidente Bush. Espero que Bush se de cuenta de que lo está utilizando y confío en que algún día el presidente de EE UU dejará de poner a Pakistán y a Musharraf en el mismo plano.

P. Tras las elecciones, ¿pactará con el Partido Popular de Pakistán (PPP) un gobierno de coalición?

R. Sí. Toda la actual oposición debemos unirnos en un gobierno de unidad nacional para liberar al país de la dictadura, que ha destruido todas las instituciones del Estado, incluido el Tribunal Supremo, algo nunca visto en un país civilizado.

P. ¿Defenderá la vuelta al Supremo de los jueces destituidos por Musharraf?

R. Sí. Es fundamental. Sólo cuando los magistrados recuperen sus cargos se podrá hablar de Justicia independiente.

P. ¿Confía en que ellos acaben con el presidente?

R. Eso espero. Será el fin político de Musharraf. Tiene que irse.

P. Los paquistaníes están hartos de políticos corruptos y sus dos Gobiernos como los de la malograda Bhutto cayeron bajo acusaciones de corrupción. ¿Tiene previsto algún plan de lucha contra ésta?

R. La corrupción es un problema secundario. Lo primero es que el país sobreviva. Además, la ONG Transparencia Internacional dijo en su último informe que en la actualidad Pakistán es uno de los países más corruptos del mundo.

P. ¿Piensa que las tensiones separatistas de la provincia de Baluchistán e incluso de la de Sindh, tras la desaparición de Bhutto, pueden desintegrar Pakistán?

R. No. Es la dictadura la que fomenta la división y la que destruye una a una las bases del Estado. Hay que acabar con el dictador.

P. ¿No le anima una venganza personal por ser el ahora general en la reserva el golpista que le quitó el poder?

R. No es una cuestión de vendetta. Yo sólo persigo la restauración de la ley, el orden, la democracia, la Constitución, la Justicia y la libertad de prensa. Es una causa noble, no personal, por el bien de mi país y de los 165 millones de paquistaníes.

El ex primer ministro paquistaní Nawaz Sharif, el lunes en su casa de Lahore.
El ex primer ministro paquistaní Nawaz Sharif, el lunes en su casa de Lahore.AP

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