Bengasi reconoce que su jefe militar fue asesinado por rebeldes
Las autoridades rebeldes libias han reconocido que su jefe de Estado Mayor, el general Abdel Fatah Yunis, fue asesinado por una brigada a la que habían encargado que lo trasladaran desde el frente de Brega hasta Bengasi, donde sería interrogado por una comisión que investigaba "asuntos militares". Según afirmó el ministro de Finanzas y Petróleo, Ali al Tarhuni, el crimen fue perpetrado por miembros de la brigada Abu Obeida al Yara, una milicia de corte islamista que se integra en el ejército insurgente.
El asesinato de Yunis y de dos de sus coroneles amenaza con agravar las divisiones internas en la filas rebeldes justo en un momento en el que el Consejo Nacional de Transición estaba concitando un reconocimiento internacional cada vez más amplio. De ahí que las autoridades de Bengasi, que en un principio culparon a un "comando gadafista", hayan constituido una comisión de investigación para llegar al fondo del asunto.
Tarhuni explicó que el líder de la brigada Abu Obeida al Yara había sido detenido y confesó que sus subordinados cometieron el asesinato. "No fue él, sino sus lugartenientes". Según el relato de algunos colaboradores de Yunis, el general y varios de sus hombres fueron recogidos en Brega en la noche del miércoles para comparecer ante una comisión judicial el jueves. Sin embargo, antes de llegar al bastión rebelde, sus guardianes separaron a Yunis y a los dos coroneles del resto del grupo y se los llevaron con rumbo desconocido. Los cuerpos tiroteados y carbonizados fueron hallados el viernes.
No está claro quién ordenó el crimen ni los motivos. Algunos sectores rebeldes desconfiaban de Yunis por sus antiguos vínculos con Gadafi, de quien fue compañero de armas y ministro del Interior. El general, oriundo de Bengasi, se pasó a las filas rebeldes con miles de hombres y fue decisivo en la defensa de la ciudad y en la organización de las tropas insurgentes.
Mientras, la OTAN continuó en la noche del viernes con sus ataques contra Trípoli, feudo de Gadafi, donde destruyó la sede de la televisión. Según el portavoz del régimen, el bombardeo mató a tres periodistas.

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