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Brasil, cada vez más cerca del tren de alta velocidad

El Tribunal de Cuentas aprueba el proyecto de unir Río de Janeiro y São Paulo

El transporte por ferrocarril ha sido desde 1856 un sueño mil veces acariciado en Brasil. Ahora, por primera vez, existen dos grandes proyectos que podrían ser el inicio de una nueva era para la red de transportes brasileña. La primera propuesta, que acaba de ser aprobada por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) hace unos días, se trata de la construcción en un plazo de siete años de un tren de alta velocidad entre Río de Janeiro y São Paulo.

Hasta ahora, el intenso tráfico entre las dos ciudades más importantes del país, se desarrolla prácticamente vía aérea (una hora de vuelo), lo que provoca incesantes congestiones en los aeropuertos de ambas ciudades. El trayecto en autobús son seis horas frente a la hora y media que duraría el viaje en el tren de alta velocidad.

El trayecto entre Río de Janeiro y São Paulo tendría una extensión de 405 kilómetros. Los costes de la inversión se calculan en 9.000 millones de dólares. Y se prevé que la nueva línea ferroviaria sería utilizada por 32 millones de pasajeros al año.

El modelo, que al parecer lo ha escogido el Gobierno del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, es el de la empresa italiana Italplan. Existen ya tres grupos empresariales coreanos interesados en la construcción del tren y que se comprometerían a acabarlo en un plazo de siete años.

El tren entre Río de Janeiro y São Paulo sería sólo el punto de partida para otros proyectos de líneas de alta velocidad entre otras principales ciudades brasileñas como São Paulo y Curitiba o Río y Belo Horizonte. La resurrección del tren en Brasil supondría una de los proyectos económicos e insdustriales más importantes de los últimos cien años.

El otro proyecto, aún más ambicioso, es el enlace por tren de los océanos Atlántico y Pacífico, con la conexión del puerto de Santos en São Paulo y el de Antofagasta en Chile. De esta forma, los productos brasileños llegarían más rápidos a los mercados asiáticos.

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El proyecto tendría un coste estimado en 460 millones de dólares para un trayecto de 4.300 kilómetros. Según la prensa brasileña, los chinos estarían dispuestos a financiar parte del proyecto. También las empresas brasileñas que exportan sus productos a Asia podrían estar interesadas en participar en el proyecto. La línea ferroviaria que uniría los dos océanos pasaría también por Argentina, Paraguay y Bolivia.

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