_
_
_
_
_

Brown afronta una rebelión laborista por subir los impuestos

La reforma fiscal afectará a los salarios más bajos

Gordon Brown afronta su primera rebelión parlamentaria laborista seria como primer ministro por subir los impuestos a los contribuyentes con salarios más bajos. La supresión de la escala más baja del impuesto sobre la renta, que pasa así del 10% al 20%, fue anunciada por el propio Brown hace un año, cuando era canciller del Exchequer (ministro del Tesoro), pero con el compromiso de que no entrara en vigor hasta el ejercicio fiscal que se inicia este mes de abril.

El Tesoro ingresará 10.000 millones de euros, cuyo gasto ya está asignado

Lo que no sabía entonces Brown es que la subida coincidiría en el tiempo con una grave crisis financiera internacional, una carestía espectacular de gas y petróleo que ha disparado la factura energética de los británicos, una inesperada subida del precio de los alimentos y una caída en barrena del Partido Laborista en los sondeos. En definitiva, Brown no esperaba hace un año que la subida de los impuestos a 5,4 millones de contribuyentes en una media por cabeza estimada en unos 350 euros al año se convertiría hoy en la peor propaganda para el Partido Laborista a 10 días de unas municipales y de la elección directa del alcalde de Londres.

Algunos comentaristas comparan la crisis con la poll tax, el impuesto local que socavó la confianza de los británicos en Margaret Thatcher. La prensa británica afirma estos días que el primer ministro ha estallado en ataques de ira, dando patadas a una mesa y arrojando dos teléfonos móviles contra la pared porque cree que se trata de una polémica inflada por los medios de comunicación.

Brown parte del razonamiento de que la reforma fiscal es neutral para los contribuyentes y que los menos favorecidos pueden compensar esa subida con otro tipo de ayudas fiscales. Pero su razonamiento parece indicar su alejamiento de la realidad política: los contribuyentes solteros, o casados pero sin hijos, que ganan entre 5.000 y 18.000 libras al año (entre 6.350 y 22.900 euros al año) deberán pagar más impuestos en un momento de gran incertidumbre.

La ley de presupuestos que incluye esa modificación será votada hoy en segunda lectura en los Comunes, pero el momento crítico será dentro de siete días, cuando se someta a la Cámara una moción contraria a la reforma apadrinada por el diputado rebelde Frank Field, uno de los pocos diputados laboristas que el año pasado se opusieron a eliminar el tramo mínimo del IRPF. La moción ha sido firmada hasta ahora por 48 diputados laboristas y, aunque no pide directamente la supresión de la medida, defiende la adopción de ayudas para los que se ven más afectados por ella. El Tesoro estima que ingresará en torno a 10.000 millones de euros, cuyo gasto ya está asignado.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La crisis va más allá de la cuestión meramente fiscal y supone una primera expresión del nerviosismo que atenaza a los laboristas y su descontento con el liderazgo de Brown. En los últimos días se ha abierto un debate incluso sobre la propia figura del primer ministro y se han podido oír los primeros cánticos de añoranza de Tony Blair. También se han oído voces críticas con el propio partido, capaz de devorar a sus dos políticos más brillantes de los últimos tres lustros.

Uno de los aspirantes a liderar algún día el laborismo y actual jefe del Foreign Office (Exteriores), David Miliband, reclamó ayer unidad en un artículo en The Sun en el que reconocía que los laboristas no son los favoritos para ganar las elecciones y exigía al partido que viera el mundo "con los ojos de los votantes".

Los laboristas están hundidos en las encuestas, a una distancia de entre 10 y 13 puntos de los conservadores. Las municipales del 1 de mayo amenazan con hacer patente el descontento de los votantes. Pero las municipales, que en Inglaterra y Gales se celebran todos los años, suelen ser catastróficas para el Gobierno desde hace ya años y su impacto suele ser moderado.

David Miliband (izquierda) y Gordon Brown en septiembre de 2007.
David Miliband (izquierda) y Gordon Brown en septiembre de 2007.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_