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Bush asegura que Estados Unidos puede continuar una década en Irak

El Pentágono estudia entregar la provincia de Al Anbar al Ejército iraquí

Mejora paulatinamente la situación de seguridad en la provincia más conflictiva de Irak, Al Anbar, base de la insurgencia suní, y los militares de Estados Unidos sopesan entregar a los cuerpos policiales iraquíes la responsabilidad de mantener el orden en la convulsa región.

Pero esos avances no impedirán, sin embargo, la presencia durante varios años más de tropas norteamericanas en el país árabe. Así lo aseguró ayer el presidente George Bush poco antes de abandonar Israel camino de Kuwait, siguiente escala de la gira de ocho días por varios países árabes aliados. "Podríamos permanecer 10 años en Irak", aseguró el mandatario.

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Bush respondía, en una entrevista en la cadena NBC, a la sugerencia del senador y candidato republicano John McCain, que aboga por que el despliegue de soldados estadounidenses en Irak se prolongue un siglo. "Eso es demasiado tiempo", replicó el presidente, que añadió que la presencia del Ejército de su país dependerá del consentimiento del Gobierno de Bagdad.

En Al Anbar, la situación ha dado un vuelco. Desde el 20 de marzo de 2003, fecha del inicio de la guerra, la región poblada mayoritariamente por musulmanes suníes fue el campo de batalla más sangriento. En sus principales ciudades -Ramadi y Faluya- se registraron los ataques más duros contra los militares estadounidenses. Sin embargo, ahora, según declaró ayer el portavoz de las fuerzas de EE UU, Gregory Smith, el campo de batalla de los militantes de Al Qaeda, que fueron dueños absolutos de las calles en esas ciudades, se ha transformado en una zona mucho más segura. "Ciertamente, en enero de 2007 nadie podría haber previsto los cambios radicales que se han logrado en Al Anbar", afirmó Smith. Hoy, la policía y el Ejército iraquí controlan 9 de las 18 provincias iraquíes, entre ellas Basora, puerta de salida del petróleo iraquí. "El plazo de tres o cuatro meses para la entrega de Al Anbar es plausible, siempre que lo permitan las condiciones sobre el terreno", añadió Smith. El inquilino de la Casa Blanca abordará previsiblemente este asunto con el jefe de las fuerzas de su país en Irak, David Petraeus. Poco antes, tras visitar el Museo del Holocausto en Jerusalén, el mandatario expresó su conmoción y aseguró que la aviación estadounidense debería haber bombardeado Auschwitz. No se hizo porque los aliados concentraban sus esfuerzos en derrotar al Ejército alemán, ya que en el propio museo se muestran fotografías aéreas tomadas por la aviación estadounidense del campo de exterminio, y no escasearon los testimonios de personas que se fugaron y que alertaron del genocidio que se estaba perpetrando.

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George W. Bush escucha las explicaciones de un responsable del Museo del Holocausto, en Jerusalén, acompañado de otros líderes políticos.
George W. Bush escucha las explicaciones de un responsable del Museo del Holocausto, en Jerusalén, acompañado de otros líderes políticos.REUTERS

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