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Jimmy Carter sigue encontrando obstáculos en su camino

Aunque varios de sus oponentes se hayan pasado a sus filas y cedido sus delegados para la convención nacional demócrata, el camino de Jimmy Carter hacia la nominación como candidato por su partido a la presidencia sigue encontrando bastantes obstáculos.

El lunes pasado, Carter recibió una fría acogida por parte de la delegación demócrata de Nueva York, compuesta por 274 miembros, y la segunda en importancia numérica del país. Los delegados dieron a Carter un aplauso que puede calificarse de cortés, pero ovacionaron con entusiasmo al también candidato Edmund G. Brown, gobernador de California.La opinión más extendida, sin embargo, en los medios políticos norteamericanos, es que la encendida ovación a Brown fue más un rugido de frustración que una demostración de apoyo real al gobernador de California. «Es un candidato muy interesante, pero pienso que le quedan ocho años para que le llegue su ocasión», dijo Fred Dematteis, un delegado que había comprometido su voto con Jackson. «Muchos de los seguidores de Jackson -continuó- han buscado simplemente expresar su frustración».

Efectivamente, los seguidores de Jackson no parecen haber aceptado con entusiasmo la consigna de su candidato de que debían traspasar sus votos a Carter. El ex gobernador de Georgia no cuenta con simpatías en Nueva York, donde sufrió una gran derrota en las elecciones primarias del pasado 6 de abril, que fueron ganadas por Jackson y Udall.Los seguidores de Udall, por su parte, han quedado en libertad de votar a quien consideren conveniente en la convención nacional del 12 de julio, aunque su candidato ha reconocido públicamente que la nominación de Carter era ya inevitable. «Pese a todo, votaré por Mo Udall en la primera vuelta», manifestó Richard Tibbelis, un delegado neoyorquino partidario de Udall. Pese a ello, algunos miembros del equipo de Carter manifestaron confidencialmente su confianza en que los delegados de Nueva York votarían por Carter en el momento de la convención demócrata, que se celebrará el próximo 12 de julio.«Me gustaría que me dierais vuestro apoyo en el momento que lo consideréis adecuado», dijo Jimmy Carter a los 274 delegados de Nueva York. Los miembros más optimistas del equipo de Carter confían en que éste logre los votos de unos 200 delegados neoyorquinos. Otros, en cambio, confesaron que se darían por satisfechos si Carter conseguía 125 ó 150 delegados.Los poderosos sindicatos AFL-CIO se deslizan cautamente y con distintos grados de entusiasmo en sus miembros hacia el otorgamiento de su apoyo al candidato demócrata Jimmy Carter.En declaraciones oficiales, los dirigentes de estos sindicatos manifestaron que no pensaban apoyar a ninguno de los candidatos republicanos, Ford y Reagan, y que su deseo era mantenerse en una postura de neutralidad, como hicieron en las elecciones de 1972.Sin embargo, los líderes sindicales quisieran ver reforzada su posición en la Casa Blanca, y uno de los motivos de conseguirlo sería sosteniendo al candidato presidencial antes de que éste fuera elegido en noviembre. Por otra parte, el apoyo hacia un candidato demócrata podría ser una forma de cas tigar a los republicanos que, bajo la Administración Ford, vetaron diversos proyectos laborales y sociales. Un portavoz de la AFL-CIO resumía así la situación: «No puede haber victoria de un candidato demócrata si no cuenta con el apoyo del movimiento sindical, pero nuestro apoyo no significa tampoco automáticamente la victoria».

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