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Reportaje:

La CIA lava sus trapos sucios

La Agencia desclasifica sus planes de asesinatos, secuestros y espionaje entre 1953 y 1973

Yolanda Monge

La CIA ha decidido hacer colada. Al menos va a lavar la ropa sucia almacenada entre 1953 y 1973. La semana que viene va a publicar un informe de 700 páginas con material que prueba que la Agencia es tan culpable como muchos especulaban. Culpable de intentos de asesinatos, de espionaje, de secuestros, de derribar Gobiernos... Testigo de una época en la que moría Stalin; en la que el presidente Kennedy caía asesinado; cuando Washington se empleaba a fondo para frenar la extensión del comunismo en América Latina y se derribaba a Salvador Allende en Chile; época en la que el Pentágono rociaba con napalm Vietnam y las revueltas del 68 convulsionaban París, Praga, México... Años en los que el Watergate se saldaba con el primer presidente de EE UU que dimitía del cargo y en los que la crisis de los misiles tuvo al filo de la guerra nuclear al planeta... Los secretos de una era, "las joyas de la familia", van a quedar al descubierto.

"La CIA ha hecho cosas que no debería", dijo el presidente Ford al conocer los papeles

Décadas después del final de la guerra en Vietnam y del desplome del telón de acero, tras cientos de novelas de espías, después de películas y más películas especulando con secretos de Estado mal guardados, el mito se vuelve realidad. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) entona el mea culpa de haber violado la ley.

Para los amantes de la teoría de la conspiración que no puedan esperar a la semana que viene, ya hay un adelanto. Un resumen de seis páginas difundido por la Universidad George Washington. "Esto no nos favorece", ha explicado el actual director de la CIA, Michael Hayden. No es halagador, pero "es la historia de la CIA", concluye Hayden. "Lo que se pretende es contar a los americanos lo que hemos hecho en su nombre".

Los documentos que ahora ven la luz se recabaron para una investigación interna en 1973, a petición del entonces director de la agencia James Schlesinger. En pleno Watergate, Schlesinger quiso curarse en salud y solicitar información sobre asuntos que pudieran ser de dudosa legalidad. A las pocas semanas se encontró con 700 páginas de lo que se había hecho en nombre de los "impasibles americanos".

En 1975 se le pasó un resumen al presidente Gerald Ford, a petición del entonces director de la CIA William Colby. "La Agencia ha hecho cosas que no debería haber hecho. Tenemos algunos cadáveres en el armario", parece que le dijo a Ford. En este resumen se cuentan 18 actividades "cuestionables a nivel legal" que se discutieron con Ford. Henry Kissinger, presente en aquella reunión, dijo: "Estas historias son sólo la punta del iceberg. Si salen a la luz, correrá la sangre". El entonces secretario de Estado agregó: "Por ejemplo, Robert Kennedy organizó personalmente la operación para asesinar a Castro".

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Fidel no era el único objetivo de la CIA. Al parecer el informe revelará el nombre de más líderes, entre los que podría estar el presidente chileno Salvador Allende o el dominicano Leónidas Trujillo.

Además del magnicidio, a la CIA de los años de la guerra fría le gustaba vigilar a algunos de sus ciudadanos. La CIA se empleó a fondo para revisar, examinar, abrir y leer las cartas privadas procedentes de la Unión Soviética y China entre 1950 y 1973. Entre la correspondencia había cuatro misivas dirigidas a la actriz Jane Fonda.

No se libró del ojo vigilante el cuarto poder. En 1963 se espió a dos columnistas, Robert Allen y Paul Scott, porque publicaron una columna con información clasificada. Un espía siguió día y noche al reportero del diario The Washington Post Mike Getler en 1971. No se ha desvelado el motivo.

En un simposio de historiadores, el actual director de la Agencia dijo que estos documentos, "proporcionan una mirada a un tiempo muy diferente sobre una Agencia que entonces era muy diferente".

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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