_
_
_
_
_

Un gesto de paz para el nuevo presidente

Ramón Lobo

ENVIADO ESPECIAL Ayer por la mañana mandaba en Bagdad la retórica de la guerra, y se ofrecía lo que cuesta una casa de 300 metros cuadrados como recompensa por cada misil destruido. Pero la retórica de la paz llegó con la noche. El presidente iraquí, Sadam Husein, intenta abrir una nueva etapa con Bill Clinton y anunció que, a partir de las ocho de la mañana de hoy (las seis, hora peninsular española), sus baterías, "como gesto de buena voluntad", dejarán de disparar, salvo en defensa propia.Poco después se hizo un importante anuncio relacio-. nado con la oferta de alto el fuego: Irak aceptaba, el plan de vuelo de los inspectores de la ONU, cuyo rechazo fue aducido por Washington para los bombardeos aliados.

Más información
La repetición e intensidad de los ataques resquebraja el frente de los aliados
"¿Cree que los iraquíes nos atacarán?"
La 0NU califica de positiva la iniciativa de Bagdad
Clinton se arrodilla ante Kennedy
Una fiesta para 400.000 'peces gordos'
El rey don Juan Carlos

Pasa a la página 3

Cautela de los aliados ante la oferta de paz iraquí

Viene de la primera página

El portavoz del presidente electo, George Stephanopoulos, contestó que esa oferta era insuficiente para Bill Clinton y reiteró que lo que espera la próxima Administración es "el total cumplimiento de todas las condiciones de las resoluciones de la ONU". "Lo que necesitamos es ver si el comportamiento de Sadam Husein cambia", dijo Stephanopoulos, quien añadió que Clinton, a quien por primera vez se refirió como "el comandante en jefe", está listo para tomar decisiones sobre este tema en cuanto tome posesión del cargo.

El todavía portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, explicó que Sadam Husein, en lugar de ofrecer un nuevo alto el fuego, debe respetar los términos del alto el fuego alcanzado en 1991 tras el final de la guerra del Golfo. Si el presidente iraquí cumple con esas condiciones "no debería haber ningún problema", dijo Fitzwater.

El primer ministro británico, John Major, consideró "un despropósito" la oferta iraquí y reiteró la necesidad de que Irak cumpla todas las resoluciones impuestas al término de la guerra del Golfo. Major conversó telefónicamente con Clinton por espacio de un cuarto de hora y, según fuentes oficiales británicas, comparte "Idénticos puntos de vista" con el presidente electo sobre la situación en el Golfo.

Un portavoz de la ONU se expresó en términos más optimistas al asegurar que la oferta de Sadam es "una propuesta positiva que tomaremos en cuenta". El embajador ruso ante Naciones Unidas, Youli Vorontsov, declaró que el alto el fuego y la posibilidad de reanudar las inspecciones de los observadores de la ONU constituye una propuesta "muy interesante". Para el representante francés ante al ONU, Jean Bernard Merrimé, los iraquíes "han ofrecido una respuesta buena y directa". Merrimé afirmó que, en su opinión, la crisis ha concluido.

Difícil herencia

Bill Clinton no ha hecho hasta ahora más que cumplir con la tradición que obliga a cualquier presidente electo a ponerse al lado de la política exterior de su antecesor. Pero, a partir de hoy, el nuevo mandatario tendrá que decidir cómo resolver la difícil situación heredada sin arriesgar su enorme popularidad. Clinton se encuentra ante un trágico dilema: mantener el uso de la fuerza, a riesgo de que se le critique por haber faltado a su promesa de dar prioridad absoluta a los asuntos domésticos, o detener los bombardeos sobre Irak, lo que podría confirmar su imagen de flaqueza ante los grandes retos internacionales.

La segunda opción, renunciar al uso de la fuerza, cada día se antoja más improbable ante la evolución de los hechos. Un nuevo portaaviones, el John E Kennedy, con 85 aparatos a bordo, navega en estos momentos hacia aguas del Mediterráneo oriental, acompañado por otros tres barcos de guerra, para reforzar, si es necesario, la flota norteamericana en el Golfo.

La situación en el área se mantiene en un estado de conflicto abierto. Fuerzas norteamericanos atacaron ayer de nuevo dos posiciones de defensa antiaérea en el norte de Irak. En uno de los ataques, ocurridos en horas de la mañana, fueron empleados misiles, y en el otro, bombas.

El Pentágono informó que estos nuevos ataques no fueron premeditados, sino simples actos de respuesta -a disparos de la artillería iraquí contra los aviones norteamericanos que patrullan la zona de exclusión aérea establecida por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia al norte del paralelo 36 para proteger a la población kurda.

Éste es el cuarto incidente militar ocurrido en Irak desde que el miércoles pasado fueron atacadas baterías de misiles en el sur del país. El domingo fueron, lanzados más de 40 misiles de crucero sobre Bagdad, uno de los cuales, según ha reconocido ya el Pentágono, dañó un hotel de la capital. Menos de 24 horas después de ese ataque, aviones de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido bombardearon durante más de tres horas diversas posiciones militares iraquíes al norte y al sur del país.

La situación ha degenerado, en definitiva, hacia un estado de guerra permanente. Bill Clinton se encuentra, pues, con su política exterior prácticamente predeterminada en este importante asunto durante los primeros 100 días de su mandato.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_