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Cambio de guardia en el Kremlin

Putin y su delfín Medvédev intercambiarán sus cargos tras las elecciones

Pilar Bonet

"El avance de Rusia no debe interrumpirse, las mejoras deben continuar", manifestó ayer Vladímir Putin, el jefe del Estado ruso, a sus conciudadanos en un mensaje en vísperas de la jornada de reflexión previa a las elecciones presidenciales de mañana domingo. Los sondeos indican que Dmitri Medvédev, el elegido por Putin, se legitimará en las urnas con una abrumadora mayoría frente a otros tres candidatos, siendo la participación la principal incógnita.

La principal crítica que le hacen a Putin es la de la falta de libertades
El Kremlin no tolera los ataques, ni siquiera con una oposición debilitada

Medvédev, un jurista petersburgués que ha hecho carrera de la mano del presidente, representa la continuidad del rumbo de Putin, que seguirá en activo como jefe de Gobierno. Para el actual líder, no obstante, el 2 de marzo comienza una nueva época, ya que, si realmente asume el mando del Gabinete, se subordinará a Medvédev, que como presidente, será el número uno del Ejecutivo.

"Todos comprendemos muy bien el gran papel y responsabilidad del jefe de un Estado como Rusia y la importancia que tiene para él la confianza de los ciudadanos y cuán necesaria es para trabajar de forma eficaz y confiada en el cargo de presidente con el fin de garantizar la estabilidad en el país", dijo Putin. "Por eso, el 2 de marzo son importantes todos sus votos", sentenció.

La cuenta atrás para transferir competencias finaliza el 7 de mayo, fecha en la que se cumplen cuatro años de la segunda toma de posesión de Putin. Se iniciará entonces una coexistencia al frente del Estado cuya armonía y duración están aún por ver.

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En su última rueda de prensa, el líder hizo balance de su gestión de ocho años en los que dijo haber trabajado como "un esclavo en las galeras, de la noche a la mañana y con todas las fuerzas". "Estoy contento de los resultados de mi trabajo", añadió.

Putin fue elegido presidente por primera vez en marzo de 2000 tras haber ejercido como interino de Borís Yeltsin desde enero de aquel año. De agosto a diciembre de 1999 fue jefe de Gobierno y se hizo popular en una guerra que acabó reduciendo el independentismo checheno a focos de resistencia aislados. Putin tiene motivos para estar satisfecho, ya que sus conciudadanos viven hoy mucho mejor que hace ocho años, aunque la gran riqueza generada por los hidrocarburos y materias primas, que siguen siendo la principal partida exportadora de Rusia, se reparta de forma desigual.

El líder ha infundido seguridad en sí mismo a un país traumatizado por la desintegración de la URSS y la pérdida del papel de superpotencia. Con Putin, Rusia es de nuevo una potencia internacional temida, lo que es aplaudido por el pueblo. La otra cara de la moneda, es el auge del nacionalismo y la xenofobia.

La principal crítica que se le hace a Putin es el retroceso en materia de libertades democráticas. En este campo, destaca el acoso a la prensa independiente. El Estado controla ahora todos los canales de televisión nacionales y la mayoría de las radios y periódicos.

El Kremlin no tolera la crítica, ni siquiera ahora cuando la oposición es insignificante y los demócratas carecen de representación parlamentaria. El último ejemplo es el de la periodista del semanario Tiempos Nuevos, Natalia Morar, autora de los artículos más acusadores contra altos cargos del régimen publicados en los últimos años en Rusia. Al volver a Moscú, tras un viaje al extranjero, a Morar, que es ciudadana moldava, no la dejaron entrar en el país y le dijeron que había sido declarada persona non grata. Más tarde, se supo que los servicios secretos la vetaron por considerarla una amenaza a la seguridad nacional. Morar se ha casado ahora con un ciudadano ruso y lleva tres días en ínfimas condiciones con su esposo en el aeropuerto de Moscú esperando a que la dejen entrar en Rusia como consorte. A todo eso, nadie ha desmentido sus informaciones ni la ha llevado a los tribunales por ellas.

Un vendedor muestra una tradicional <i>matrioshka</i> rusa con los retratos de Dmitri Medvédev y Vladímir Putin en San Petersburgo.
Un vendedor muestra una tradicional matrioshka rusa con los retratos de Dmitri Medvédev y Vladímir Putin en San Petersburgo.REUTERS

ATRIBUCIONES CONSTITUCIONALES

El presidente

- Determina las orientaciones fundamentales de la política interior y exterior del Estado.

- Nombra, de acuerdo con la Duma, al primer ministro, y tiene derecho a presidir las sesiones del Gobierno.

- De él dependen las carteras de Defensa, Seguridad, Interior, Emergencia, Justicia

y Exteriores.

- Es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

El primer ministro

- Ejerce el poder ejecutivo de la Federación Rusa.

- Determina las orientaciones fundamentales de la actividad del Gobierno.

- El Ejecutivo elabora el presupuesto, asegura la defensa y la seguridad y asume la política exterior.

- En caso de indisposición del jefe del Estado, asume temporalmente sus funciones, aunque con limitaciones.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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