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Intervención aliada en Libia

Cameron y Sarkozy piden a los leales al dictador que le abandonen

Londres y París abogan por una transición que integre a toda la sociedad libia

Londres y París publicaron ayer un llamamiento conjunto a los seguidores de Gadafi para que le abandonen y ayuden a Libia a iniciar un proceso de transición hacia la democracia que parece buscar la integración de todo el país, sin las purgas que siguieron en Irak a la caída de Sadam Husein.

El llamamiento del presidente Nicolas Sarkozy y el primer ministro David Cameron se produce en vísperas de que se reúnan hoy en Londres representantes de una cuarentena de países y organizaciones que conforman la coalición político-militar en la que se apoya la intervención en Libia.

La reunión, y el llamamiento que la ha precedido, parecen tener diversos objetivos: desde calibrar la situación de las operaciones militares a evidenciar el, en realidad, más bien escuálido apoyo del mundo árabe a los bombardeos aliados y dejar claro una vez más que EE UU quiere tener un perfil bajo en todo este asunto.

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Pero, quizás por encima de todo, la conferencia de Londres quiere dar una imagen de unidad política tras los titubeos de la última semana, dominada por la confusión en torno al mando militar de las operaciones. Y, aún más importante, atajar las críticas de que se trata de una operación precipitada en la que no hay un plan B ni más objetivo que la caída de Gadafi, a pesar de que es una opción no prevista directamente en el mandato del Consejo de Seguridad en el que se amparan las operaciones militares.

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Cameron y Sarkozy sostuvieron ayer por la tarde una videoconferencia con Barack Obama y la canciller alemana, Angela Merkel, para analizar la reunión de Londres y la propuesta franco-británica para la transición libia.

El futuro, parecen proclamar Cameron y Sarkozy, es precisamente convencer a los seguidores de Gadafi de que es su líder quien no tiene futuro y lo mejor que pueden hacer es abandonarle y ayudar a crear un movimiento de transición que permita la llegada de la democracia en Libia. "Gadafi tiene que irse inmediatamente. Llamamos a todos sus seguidores a que le abandonen antes de que sea demasiado tarde", proclaman los dos mandatarios, sin aclarar qué quiere decir ese inquietante "demasiado tarde".

"Llamamos a todos los libios que creen que Gadafi está llevando a Libia a un desastre a que tomen la iniciativa de organizar ahora un proceso de transición", añaden, en lo que parece una forma de decirle al mundo que en Libia no puede darse el vacío político que siguió en Irak a la caída de Sadam Husein. Y parecen incluir no solo a los opositores a Gadafi, sino al conjunto de la sociedad, como protagonistas de esa transición: "En nuestra opinión, eso puede incluir al Consejo Nacional de Transición, cuyo papel pionero reconocemos, a los líderes de la sociedad civil así como a todos aquellos que estén dispuestos a unirse al proceso de transición hacia la democracia".

Parecen así invitar a sumarse a la democracia a todo aquel que quiera admitirla, sin purgas. Un poco a la imagen de la transición española, donde los franquistas tuvieron la oportunidad de cambiar de chaqueta si así lo querían.

En los Comunes, David Cameron explicó que habrá cinco países árabes representados hoy en la Conferencia de Londres y subrayó que Europa "está completamente comprometida con esta misión".

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