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Cameron plantea un frenazo drástico a la inmigración

El líder 'tory' defiende recortes rápidos del gasto público

El líder de los conservadores británicos, David Cameron, planteó ayer en términos explícitos su intención de frenar de manera drástica el flujo migratorio dirigido a Reino Unido a través de un sistema de cuotas anuales. A pocos meses de las elecciones generales -previstas para primavera y en las que su partido se presenta como favorito-, Cameron volvió así a poner el tema de la inmigración entre las prioridades de un debate político muy centrado en los últimos tiempos en cuestiones económicas.

"En la última década, en muchos de los años hemos tenido una inmigración neta que rondaba las 200.000 personas, una cifra que yo considero demasiado elevada", argumentó Cameron en una entrevista concedida a la cadena BBC. "Yo estoy a favor de la inmigración", aclaró el político conservador, "hemos extraído muchos beneficios de ella, pero creo que la presión -especialmente sobre nuestros servicios públicos- ha sido muy fuerte. Nos gustaría ver saldos de inmigración en decenas de miles, no en cientos de miles. No creo que sea un objetivo irreal, en los noventa fue así", precisó.

El conservador quiere un sistema de cuotas para entrar en Reino Unido

Cameron esbozó en la entrevista las líneas maestras de la política que adoptaría para frenar esa tendencia. Los tories pretenden vincular el sistema en vigor de puntuación de los aspirantes a residir en el país con un nuevo sistema de cuotas que "establezca cifras claras con cadencia anual, para adaptarlas periódicamente a las exigencias de la economía". Además, los conservadores proponen "controles de transición para los nuevos países que acceden a la Unión Europea", especificó el político.

Cameron también fue explícito en materia de política presupuestaria, aclarando que si ganara las elecciones, su Gobierno impulsaría recortes al gasto público superiores a los proyectados por el actual Gobierno de los laboristas. Reino Unido sufrió en 2009 un déficit superior al 12%, y el Ejecutivo de Gordon Brown ha planificado reducirlo a la mitad en cuatro años. Cameron admitió sin embargo en la entrevista que las propuestas concretas de recortes definidas por los conservadores hasta ahora son insuficientes para alcanzar los objetivos presupuestarios que él plantea.

Los laboristas criticaron la posición de Cameron, argumentando que un repentino y notable recorte del gasto público hundiría una economía que se halla todavía en un estado muy frágil. Los progresistas apuestan por ello por un ajuste fiscal paulatino y paralelo a la recuperación.

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Los últimos sondeos confirman que los tories tendrían cerca del 40% de los votos, y detectaban una leve subida de los laboristas, que lograrían el 30%. El partido de Brown ha sufrido desventajas más acentuadas en esta última fase de una turbulenta legislatura.

Brown zanjó ayer con cierta acidez el intento de cuestionar su liderazgo lanzado la semana pasada por dos notables de su partido, que propusieron una suerte de primarias con voto secreto para elegir el candidato de la formación a las próximas elecciones generales. El intento fracasó, y Brown se concedió el placer de calificarlo "una forma de estupidez". "Lamento que haya ocurrido", dijo el primer ministro.

El líder <i>tory,</i> David Cameron, durante la entrevista de ayer en la BBC.
El líder tory, David Cameron, durante la entrevista de ayer en la BBC.EFE

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