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Chinchilla asume la presidencia de Costa Rica

La nueva mandataria promete mirar más hacia Centroamérica

Costa Rica estrena este sábado Gobierno con una promesa de conductas diferentes, señales de un estilo conciliador y un camino ya trazado por la fortaleza de Óscar Arias, quien se jubila de la política. La politóloga oficialista Laura Chinchilla se convierte en la primera mujer en asumir el poder en la historia de este país centroamericano y en la responsable de mantenerlo como terreno moderado entre las corrientes ideológicas que dividen América Latina.

El Partido Liberación Nacional (PLN, de tradición socialdemócrata) seguirá en el poder con Chinchilla, madre de un hijo, experta en seguridad y devota católica. Ella y sus vicepresidentes, el banquero Luis Liberman y el científico Alfio Piva, estarán al frente de un Gabinete que refleja continuismo respecto a los cuatro años del Gobierno de Óscar Arias, que trasciende también a las ideas políticas, pero no a las formas. Ella no desata pasiones políticas ni fustiga a la oposición con la intensidad de su predecesor.

Los líderes de la oposición le han reconocido una actitud de diálogo, un buen augurio para relacionarse con una Asamblea Legislativa donde el bipartidismo que caracterizó al país en los últimos 40 años dio paso a un sistema atomizado, con tres o cuatro partidos de peso y considerables poderes de freno para los más pequeños.

Gobierno en minoría

La bancada oficialista no es más que la minoría más grande y tendrá que negociar hoy con uno y mañana con otro para poder echar a andar una agenda repleta de retos en materia de seguridad ciudadana y mantenimiento de la defensa del medio ambiente, dos temas en los cuales la propia Chinchilla reprueba al Gobierno del cual fue vicepresidenta.

Otros puntos de la lista de tareas pendientes son la reforma del régimen fiscal, el desatasco del aparato burocrático y la aceleración de la recuperación económica que ya se evidencia tras la crisis internacional. Pero, sobre todo, Chinchilla asegura traer calmantes para intentar superar la tensión provocada en este periodo por la discusión nacional sobre un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que Arias logró poner en vigor y mostrar como símbolo de la apertura económica y de un modelo al estilo de países como Chile o Singapur.

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En el fondo, Chinchilla anuncia que continuará la ruta en la que Arias aseguró haber puesto a este pequeño país de 4,5 millones de habitantes, el menos pobre de una región centroamericana que ocupará las prioridades en la política exterior, después de un cuatrienio en el cual Arias se dedicó a "las grandes ligas" de la política multilateral valiéndose de una buena imagen internacional y del Nobel de la Paz que recibió en 1987 por su trabajo durante las guerras regionales de la época.

Chinchilla promete dedicarse más a la región. Quizá sea esa la explicación de la discreta participación de dignatarios internacionales confirmada para la investidura presidencial, que se realizará a cielo abierto en el parque La Sabana, en San José. Además de los mandatarios centroamericanos, al acto asistirán el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón; el presidente de México, Felipe Calderón; el colombiano, Álvaro Uribe y el de Ecuador, Rafael Correa, además del presidente de Georgia, Mijail Saakashvili y la princesa Nora de Liechtenstein.

Los organizadores de la ceremonia han dispuesto amplios espacios para el público en general, pero han tomado también precauciones para mantener alejados a los grupos sindicales, que han anunciado su intención de manifestarse contra el modelo "neoliberal" de Arias y su sucesora.

Laura Chinchilla y el príncipe de Asturias, el viernes en San José.
Laura Chinchilla y el príncipe de Asturias, el viernes en San José.EFE

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