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Clinton se implica en las advertencias diplomáticas por la posible filtración de Wikileaks

Reino Unido, uno de los seis países que pueden verse afectados, pide a los medios de comunicación que no publiquen los documentos

La vida de muchas personas puede estar en riesgo. Lo dice en una entrevista en la cadena CNN (cuya emisión íntegra será este domingo) el jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, almirante Mike Mullen. ¿La razón de la advertencia? Wikileaks abre un nuevo capítulo y vuelve a hacer acto de presencia informativa con la inminente publicación de más de 250.000 cables de la diplomacia estadounidense que expondrían a la luz negociaciones de EE UU con otros países; planes de los servicios de espionaje y otros asuntos confidenciales de alto riesgo.

"Espero que los autores de esto, en algún momento piensen en la responsabilidad que tienen por las vidas que están poniendo en peligro", asegura el almirante. Wikileaks, la organización sin ánimo de lucro fundada por Julian Assange para ofrecer al mundo lo que no se cuenta porque el poder lo esconde, aseguró a principios de esta semana que estaba muy cerca de dar a conocer "una documentación siete veces más voluminosa" que los 400.000 documentos confidenciales publicados recientemente sobre la guerra de Irak. El tema y el momento en el que se haría no fueron precisados pero todo apunta a la inmediatez y tiene a EE UU y sus socios políticos en el punto de mira después de que el Departamento de Estado alertara a sus aliados de que la nueva filtración podría dañar seriamente sus relaciones.

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La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha contactado personalmente a los Gobiernos extranjeros que probablemente resulten afectados. Entre ellos se encuentran Reino Unido, Israel, Australia, Noruega, Dinamarca y Canadá. El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, tuvo que confirmar que las legaciones estadounidenses en el mundo ya estaban en la labor de advertir a sus socios internacionales. Según ha informado The Washington Post, la correspondencia diplomática demostraría, por ejemplo, que algunos socios de EE UU han tomado en ocasiones medidas que contradicen sus políticas oficiales.

El diario Al-Hayat, con sede en Londres, cree que Wikileaks planea publicar papeles que indican que Turquía puede haber ayudado a Al Qaeda en Irak y que EE UU puede haber hecho lo mismo con el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que figura en la lista negra de organizaciones terroristas del Departamento de Estado.

El historial de Wikileaks

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El diario The New York Times, que ha formado parte del reducido número de publicaciones a las que Wikileaks ha entregado previamente material filtrado, podría haber informado ya a la Casa Blanca sobre lo que contienen los documentos que obran en su poder, según asegura la página web de Assange. A través de su perfil de Twitter, Wikileaks informa que ha sufrido una "intensa presión durante meses" por la próxima publicación de documentos secretos y ha afirmado que el Pentágono está "hiperventilando de nuevo ante el temor de que tenga que rendir cuentas".

No es esta la primera vez que Wikileaks pone contra las cuerdas al Gobierno de EE UU. El pasado mes de julio publicó 77.000 documentos militares estadounidenses clasificados sobre la guerra en Afganistán. En octubre, expuso las sombras de la guerra en Irak publicando unos 400.000 informes de incidentes, escritos entre 2004 a 2009 por soldados estadounidenses. Actos de tortura y decenas de miles de civiles muertos componían gran parte de las páginas.

Wikileaks protege sus fuentes y no ha revelado el origen de las masivas filtraciones de documentos del Ejército estadounidense. Sin embargo, Bradley Manning, un especialista de los servicios secretos dentro del ejército, fue detenido en mayo después de que Wikileaks difundiera un vídeo mostrando el ataque aéreo de un helicóptero estadounidense en Bagdad en 2007, durante el cual murieron civiles. Manning se encuentra encarcelado cerca de Washington y afronta una larga condena de cárcel si es declarado culpable.

Según analistas consultados, la nueva tormenta de Wikileaks ofrecerá una mirada descarnada de las comunicaciones del Departamento de Estado norteamericano con sus 297 embajadas, consulados y misiones en el extranjero que comúnmente se conocen como cables, en realidad telegramas que se usan para hacer llegar instrucciones oficiales, informes y comunicaciones entre Washington y sus legaciones internacionales y viceversa.

Muchas de esas comunicaciones se hacen hoy a través del correo electrónico. Los telegramas o cables que salen del Departamento de Estado son firmados por el responsable de la diplomacia estadounidense y cuando salen de una embajada o consulado lo hace el embajador o un funcionario de alto rango.

Julian Assange, en un callejón al norte de Londres, el día de la entrevista que mantuvo con EL PAÍS.
Julian Assange, en un callejón al norte de Londres, el día de la entrevista que mantuvo con EL PAÍS.Carmen Valiño
Tiene en jaque al Pentágono. No para de sacar a la luz papeles comprometedores para el Ejército norteamericano. Julian Assange es el guardián de los grandes secretos, el nuevo adalid del periodismo combativo. Wikileaks, el portal que dirige, se ha convertido en el espacio de las grandes filtraciones, en el lugar donde se derriban las verdades oficiales. Los papeles de Afganistán, que mostraban la cara sucia de la guerra en aquel país, y el video de la matanza de doce civiles en Bagdad son sus dos mayores bombazos informativos hasta la fecha. El Pentágono tiene un equipo de 120 personas trabajando para frenar los efectos de sus filtraciones. En Suecia, país que le acaba de denegar el permiso de residencia, le están investigando por dos denuncias de acoso sexual.Vídeo: JOSEBA ELOLA

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