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Condenado a cadena perpetua el cerebro del genocidio de Ruanda

El Tribunal de la ONU considera probado que Bagosora orquestó la matanza

Isabel Ferrer

La justicia internacional subió ayer un nuevo y señalado peldaño al condenar a cadena perpetua a Theoneste Bagosora, un ex coronel ruandés de 67 años, por haber orquestado el genocidio de casi un millón de personas en Ruanda en 1994. La matanza fue perpetrado en apenas 100 días, y las víctimas, en su mayoría de la etnia tutsi, aunque también moderados hutus, perdieron la vida de una forma horrenda: a machetazos.

"Es culpable de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra", sentenció el Tribunal especial de la ONU para Ruanda, con sede en Arusha (Tanzania). Se trata de un fallo histórico, la primera vez en la que alguien es condenado por organizar un genocidio. Los dos principales oficiales a sus órdenes han sido también sentenciados a pasar el resto de sus vidas en la cárcel. Bagosora negó "haber matado o bien ordenado la muerte de otros" y anunció que piensa apelar el fallo.

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Bagosora, que se graduó como oficial en 1964 y cursó estudios militares en Francia, era ministro de Defensa en 1993, cuando se le acusó de entorpecer todo lo que pudo las negociaciones de paz que se celebraron ese año en Tanzania para apaciguar la tensión que se vivía en Ruanda entre tutsis y hutus. A su regreso al país, pronunció algunas frases escalofriantes, según recoge el pliego de acusaciones presentado por los fiscales: "Voy a preparar el Apocalipsis", dijo a sus colaboradores.

Poco después, mientras la situación en el país se deterioraba y un Gobierno de unidad trataba de reconducir la situación, Bagosora, redactó y repartió entre el Ejército "un documento que describía a los tutsi como el principal enemigo", según el tribunal. Fue el nacimiento de las milicias Interahamwe (los que matan juntos), responsables de la mayoría de las matanzas y a las que los hombres mandados por Bagosora armaron y entrenaron.

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Según el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, nombre técnico de la corte de Naciones Unidas -gemela de la de Yugoslavia, aunque ésta tiene su sede en la Haya-, Bagosora "conspiró con otros tres oficiales para exterminar a la población civil tutsi y a los miembros de la oposición", entre ellos miles de hutus moderados que se oponían a la limpieza étnica. Ésta, según las órdenes del coronel, se llevó a cabo en dos frentes. El primero estaba formado por miles de controles en las carreteras, en los que los Interahamwe mataron a todos aquellos con documentos que les identificaban como tutsis. El segundo, con largas listas de la muerte, en las que decenas de miles de tutsis y opositores hutus eran sacados de sus casas para ser asesinados.

En los tres meses de paroxismo asesino, la ONU no hizo valer su autoridad y sus tropas desplegadas en Ruanda fueron incapaces de proteger a los civiles. El propio Kofi Annan, entonces al frente de las misiones de pacificación, entonaría después el mea culpa. Ya en 1993, el general canadiense Romeo Dallaire, jefe de los cascos azules en suelo ruandés, describió a Bagosora como "un conocido extremista que controlaba a la milicia genocida". Dallaire conoció a los jefes milicianos hutu, y dijo que estrechar su mano fue "como dársela al diablo". Pero eso no fue todo. Durante su última cita, el coronel ruandés le apuntó con una pistola asegurando "que le mataría la próxima vez que se vieran", según el atestado judicial.

Tras el fin del genocidio, Bagosora huyó a Camerún, donde fue arrestado en 1996. El proceso comenzó en 2002 en Tanzania, pero la situación en Ruanda dista de haberse aclarado.

Theoneste Bagosora entra ayer en la sala del tribunal precedido por su abogado.
Theoneste Bagosora entra ayer en la sala del tribunal precedido por su abogado.AFP

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