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¿Eso está en la Constitución?

Una candidata del Tea Party queda en evidencia al asegurar que la separación entre Iglesia y Estado no está en la Carta Magna

Los fervientes candidatos del Tea Party tienen por brújula la Constitución norteamericana. Es su libro de referencia y lo escenifican en cada encuentro con la prensa o antes sus seguidores aireando un ejemplar. En la Constitución están las respuestas a todo y la cura a los actuales males que -ellos creen- sufre hoy el país.

Por eso es -como mínimo- sorprendente -sino de una ignorancia insultante- que una de las figuras más mediáticas del movimiento, la candidata a ocupar un escaño en el Senado por Delaware, Christine O'Donnell, preguntase en un debate en la Universidad de Derecho de Widener dónde estaba escrito en la Carta Magna el principio de separación entre Iglesia y Estado.

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Puede que ni una sola ceja de la sala quedara en su sitio. Entre los estudiantes de derecho -mayoría de los asistentes- al debate se produjo una sonora carcajada. "¿Me estáis diciendo que al separación entre Iglesia y Estado está en la Primera enmienda?", preguntó sorprendida O'Donnell. Lo está, señora candidata al Senado de EE UU.

La ignorancia de la candidata del Tea Party quedó de manifiesto cuando el candidato demócrata Chris Coons argumentó que las escuelas públicas no debían de enseñar la teoría del diseño inteligente -creación del mundo por un ser superior, casi siempre Dios- junto a la evolución de las especies. Para O'Donnell eso era "una flagrante violación de la Constitución". ¿Dónde está escrito en la Constitución la separación entre Iglesia y Estado?", preguntó convencida de lo contrario.

Entre las perlas de las que ha tenido que defenderse O'Donnell desde que saltara a la escena de la política nacional al ganar la nominación del Partido Republicano para luchar por un escaño en el Senado de EE UU está su confesión de que en sus ratos libres se dedicaba a la brujería. Hace unas semanas intentó arreglar el asunto iniciando su vídeo de campaña informando a los futuros electores: "No soy una bruja".

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