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Corea del Norte dice que está dispuesta a volver a negociar el fin de su programa de armamento nuclear

Pyongyang condiciona su regreso a las conversaciones a seis bandas al desarrollo de discusiones bilaterales con EE UU

Las presiones internacionales sobre China, y las presiones chinas sobre Corea del Norte parecen dar frutos. El líder norcoreano Kim Jong-il ha asegurado al primer ministro chino, Wen Jiabao, que está dispuesto a volver a las negociaciones a seis bandas para el desmantelamiento de su programa de armamento atómico, a condición de mantener previamente conversaciones bilaterales con Estados Unidos.

Así lo transmitió Kim a Wen en un encuentro celebrado el lunes pasado en la capital del país estalinista, según informó ayer la agencia oficial norcoreana KCNA. El primer ministro chino llegó a Pyongyang el domingo, para una visita de tres días, con motivo del 60 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países, que se cumplió ayer.

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"Las hostiles relaciones entre la República Popular Democrática de Corea [nombre oficial de Corea del Norte] y Estados Unidos deberían ser transformadas sin falta en lazos pacíficos a través de las conversaciones bilaterales", dijo Kim, según KCNA. "Manifestamos nuestra disposición a las negociaciones multilaterales, en función del resultado de las conversaciones bilaterales con Estados Unidos".

Pyongyang abandonó los encuentros a seis bandas -en los que, además de Corea del Norte y Estados Unidos, participan China, Corea del Sur, Rusia y Japón- en abril pasado, después de que Naciones Unidas condenara el lanzamiento que hizo de un cohete de largo alcance. En mayo, el Gobierno de Kim Jong-il llevó a cabo el segundo ensayo atómico de su historia, que provocó el endurecimiento de las sanciones de la ONU, con el apoyo incluso de China. Pekín es el mayor valedor del país eremita. El Norte realiza el 73% de sus intercambios comerciales con China.

Pyongyang ha sido constante en su demanda de hablar de tú a tú con Washington sobre el contencioso nuclear, algo a lo que se negó durante mucho tiempo la anterior Administración estadounidense, liderada por George W. Bush.

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Washington ha asegurado, en respuesta a la oferta de Kim, que está dispuesto a mantener cualquier tipo de discusión que lleve al Norte de nuevo en la mesa de las negociaciones multilaterales, pero que el objetivo final debe ser el desmantelamiento total de su programa de armamento nuclear. "Nosotros y nuestros socios en las conversaciones a seis bandas queremos que Corea del Norte participe en un diálogo que conduzca mediante pasos irreversibles a la desnuclearización completa y verificable de la península coreana", dijo Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado estadounidense.

La declaración de Kim Jong-il se produce cuando el Norte se encuentra a un paso de volver a poner en estado de funcionamiento las instalaciones de producción de plutonio de la central de Yongbyon, que cerró antes de abandonar las negociaciones multilaterales, según informó ayer la agencia surcoreana Yonhap, que cita fuentes militares de Seúl sin identificar.

Pyongyang accedió en 2007 a desmantelar sus instalaciones atómicas a cambio de ayuda internacional, y en junio del año pasado voló la torre de refrigeración de su principal complejo nuclear para dar fe de su compromiso. Pero el proceso de desnuclearización se vio paralizado tras enfrentarse con Washington sobre los pasos a seguir para verificar su actividad atómica pasada.

Que la oferta de volver a las negociaciones se haya producido durante la visita de Wen Jiabao a Corea del Norte dice mucho del papel que juega China en esta crisis y de las relaciones entre los dos país. Pekín, sometido a presión, en particular de Estados Unidos, desea que Pyongyang regrese a las conversaciones a seis bandas, que han viajado sobre una montaña rusa desde su inicio en 2003. El Gobierno chino se ha mostrado enojado por las amenazas nucleares de su vecino, pero ha afirmado repetidas veces que las sanciones no darán resultado y que sólo la negociación puede hacer avanzar la situación.

Kim Jong-il no puede permitirse desairar a su principal socio, de quien depende económicamente, y en una rara muestra de deferencia acudió a recibir a Wen Jiabao al aeropuerto el domingo, a pesar de que no se trataba de un jefe de Estado. Pero, según algunos analistas, Kim está aún muy lejos de querer renunciar a sus programas atómicos, dadas las recientes declaraciones que ha efectuado el régimen norcoreano sobre la necesidad de contar con ellos. Pyongyang ha ligado la desnuclearización de la península al ritmo de los esfuerzos de desarme atómico en el mundo.

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