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El Departamento de Estado de EE UU ofreció inmunidad a los guardias de Blackwater

Están siendo investigados por el tiroteo que causó la muerte de 17 iraquíes a mediados de septiembre en Bagdad

El caso de la empresa de seguridad en Irak, Blackwater USA, se complica. Según ha revelado hoy el diario The New York Times, funcionarios del Departamento de Estado norteamericano ofrecieron inmunidad a los guardias que participaron en un tiroteo en Bagdad que dejó 17 iraquíes muertos a mediados de septiembre, sin tener la autorización para hacerlo.

Los fiscales y el Departamento de Justicia, que sí tienen esa potestad, desconocían tal acuerdo, según han informado fuentes oficiales.

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A la mayoría de los guardias que participaron en el tiroteo ocurrido el 16 de septiembre se les ofreció lo que los funcionarios han descrito como "inmunidad de uso limitado", lo que significa que se les prometió que no serían procesados por nada de lo que dijeron en sus entrevistas con las autoridades mientras sus declaraciones fueran ciertas, ha informado el diario.

El estado legal exacto de la oferta de inmunidad se desconoce. Sin embargo, se puede interpretar como que sus declaraciones está legalmente protegidas, a pesar de que algunos funcionarios del Gobierno afirman que nunca fue oficialmente aprobado por el Departamento de Justicia.

Según un informe del Congreso de Estados Unidos, los empleados de Blackwater en Irak son de gatillo fácil, imprudentes e indiferentes a las vidas de los iraquíes, y en la mayoría de las ocasiones han realizado sus ataques desde coches en marcha sin ni siquiera pararse para contar los muertos o informar de los heridos.

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El caso por el que son investigados ocurrió a mediados de septiembre, cuando un vehículo de diplomáticos americanos y guardias de Blackwater se acercaba a la plaza Nisour en Bagdad. Desde un segundo vehículo de la empresa, los guardias, quienes son considerados mercenarios, abrieron fuego contra una multitud congregada en la plaza, dejando 17 muertos y 24 heridos.

La compañía, con sede en Carolina del Sur, ha dicho que sus guardias dispararon en defensa propia, después de que un terrorista suicida detonara un coche bomba. Sin embargo, varios testigos presentes durante el tiroteo han afirmado que los vehículos no habían sido atacados y que los guardias dispararon indiscriminadamente.

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