Detenidos en Reino Unido 12 sospechosos de terrorismo

Doce hombres fueron detenidos en la madrugada de ayer en Reino Unido en una operación antiterrorista. Los sospechosos, de entre 17 y 28 años, fueron apresados en tres localidades distintas, en las que residían. La policía está en plena tarea de investigar los domicilios en Cardiff, Stoke-on-Trent y Londres, además de una propiedad en Birmingham que está a nombre de uno de los arrestados.

"Todos ellos han sido detenidos bajo sospecha de la comisión, preparación e instigación de actos terroristas", declararon fuentes policiales a la agencia Reuters. La operación es la mayor desde la detención, en 2009, de una docena de hombres en el norte del país que más tarde fueron liberados sin cargos.

"Esta es una operación muy amplia, que ha sido planeada con anticipación y en la que han trabajado los servicios secretos", indicó el asistente del comisario de la Policía Metropolitana, John Yates, en una declaración divulgada a la prensa. "La operación está en sus primeras etapas y no podemos entrar en detalle en este momento sobre los supuestos delitos. No obstante, creo que es necesario tomar medidas por la seguridad de la población", agregó Yates.

Registros en viviendas

Los agentes iniciaron los registros en las viviendas de los detenidos y en otros lugares en Birmingham y Londres. Pese a que la policía ha insistido en que la investigación está dando sus "primeros pasos", fuentes de la lucha antiterrorista citadas por la BBC creen "que los sospechosos han estado involucrados en una conspiración contra objetivos en Reino Unido" que implicaría el uso de "explosivos y bombas".

Se sospecha que la operación está relacionada con una investigación sobre terrorismo inspirado por Al Qaeda, añaden las fuentes de la BBC. La cadena británica apunta también que los sospechosos son de origen bangladeshí o tienen vínculos con esa comunidad en el Reino Unido.

Las detenciones se han producido una semana después de que un joven sueco, de origen iraquí y educado en Reino Unido, hiciese explotar un cinturón de explosivos en una de las zonas más concurridas de Estocolmo. Según la investigación del suceso, en el que no hubo víctimas, el suicida pretendía causar una masacre en el centro de la capital sueca.

A raíz del atentado, las policías sueca y británica, convencidas de que el terrorista tenía cómplices en Suecia y Reino Unido, iniciaron una investigación sobre todas las redes de comunicaciones de la zona para localizar posibles llamadas que hubiera hecho antes del atentado.