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Dimite el líder flamenco y agrava la crisis de Bélgica

Andreu Missé

La dimisión del líder democristiano flamenco, Ives Leterme, encargado de formar nuevo Gobierno, agrava la crisis política de Bélgica. El rey Alberto II aceptó ayer la renuncia de Leterme, quien ya lo había solicitado a principios de noviembre. Este abandono sitúa a Bélgica en una difícil encrucijada cuando se cumplen 175 sin Gobierno.

La crisis política belga, vista hasta ahora con cierto distanciamiento y escepticismo, empieza a inquietar a una creciente parte de la población que teme por la estabilidad del país y se refleja en la cada vez mayor presencia de banderas nacionales de Bélgica en muchos edificios.

Leterme, vencedor de las elecciones del pasado 10 de junio, intentó formar una coalición de centro derecha, que agrupaba a 81 diputados de los 150 de la Cámara. La coalición la formaban democristianos y liberales flamencos, junto con los liberales y democristianos valones. La coalición ha fracasado por el rechazo de los democristianos valones, dirigidos por Joëlle Milquet, a aceptar las propuestas de Leterme que propugna una reforma del Estado con más poder para las regiones, otorgándoles nuevas competencias para que puedan conceder exenciones fiscales a las empresas.

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También planteaba que las reformas institucionales pudieran adoptarse por mayoría clásica y no reforzada. Tras su reunión con el monarca, Leterme manifestó su disposición "a trabajar para buscar soluciones" para ayudar al país a salir de la crisis.

Alberto II recibió más tarde a Guy Verhofstadt, primer ministro en funciones que se ocupa de los "asuntos corrientes" desde hace seis meses con exquisita discreción.

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