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Discrepancias entre el Gobierno portugués y los sindicatos sobre el seguimiento de la huelga general

El paro fue convocado para protestar por la política económica y social del Ejecutivo de José Sócrates

El Gobierno socialista luso y los sindicatos de tendencia comunista han evaluado de forma muy distinta la huelga general convocada hoy en Portugal, que tuvo muy baja incidencia según las autoridades y muy alta según los sindicalistas. Este paro ha sido convocado por el sindicato mayoritario Comisión General de Trabajadores de Portugal (CGTP) en protesta por la política económica y laboral del Ejecutivo que preside con mayoría absoluta José Sócrates.

De acuerdo con las informaciones de los medios de comunicación y lo que se apreciaba en las principales ciudades de este país, de diez millones de habitantes, la protesta ha tenido fuerte incidencia en los sectores del transporte y de algunos servicios públicos, se ha sentido menos en las empresas privadas y ha pasado desapercibida en el comercio.

El ministro de trabajo, José Vieira da Silva, ha declarado que la huelga fue seguida por menos del 12% del sector público y no llegó al 5% en el sector privado. Pero Manuel Carvalho da Silva, el secretario general de la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP, de tendencia comunista), ha destacado su alto seguimiento y ha considerado esas cifras "una clara manipulación". Con todo, la CTGP no ha querido dar datos sobre la incidencia nacional de la huelga hasta el fin de la jornada y sólo sus organizaciones sectoriales y regionales facilitaron evaluaciones sobre la participación, que oscilaron entre el 60 y el 80%.

El paro se ha dejado sentir sobre todo en servicios municipales como la recogida de basuras y en la administración pública, donde el Gobierno aseguró que no llegó al 13%, y las organizaciones sindicales, que había paralizado numerosos servicios. La actividad en los tribunales de Lisboa cesó casi por completo y muchas oficinas de atención al público funcionaban parcialmente, mientras que en la educación menos de un 10% de los colegios dejaron de funcionar, según el Gobierno, pero la incidencia entre los profesores fue mayor, de acuerdo con sus dirigentes laborales.

Sin apoyo de UGT

La huelga fue convocada para protestar por la política económica y social del primer ministro socialista, José Sócrates, cuya política de reducción del gasto público y de servicios sanitarios y educativos le ha valido varias manifestaciones y paros sectoriales. "Este Gobierno no gobierna para las personas, gobierna para los números", se ha quejado Carvalho, que ha pedido un giro social al Ejecutivo de Sócrates, vencedor de las elecciones de 2005 con mayoría absoluta.

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Pero el ministro Vieira ha restado importancia a la protesta, ha subrayado que la huelga no ha sido general sino parcial y ha sostenido que la mayoría de los trabajadores portugueses no secundaron la convocatoria. Entre ellos estaba el otro gran sindicato luso, la Unión General de Trabajadores (UGT, de tendencia socialista), ausente de la protesta por no ver en ella objetivos claros.

Esta huelga ha surgido cinco años después de la última, que también fue convocada por la CGTP, y que tuvo una adhesión del 90% según los sindicatos y del 15% según el Gobierno, que por aquel entonces era socialdemócrata.

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