EE UU acusa a Líbano de ocultar a terroristas clave
Hezbolá rechaza desarmarse mientras continúe el conflicto palestino
El Gobierno libanés de Rafik Hariri tiene un problema: la lista de presuntos terroristas presentada por EE UU para su detención y posterior entrega incluye a Mohamed Husein Fadlalla, considerado como el guía espiritual del shiísmo libanés; a Hasan Nasrala, secretario general de Hezbolá; a Sobhi Toufeli, ex alto dirigente, y a Imad Mughniyeh, antiguo jefe de seguridad. Washington acusa a este último de la destrucción de su Embajada en Beirut en 1983.
El nuevo embajador norteamericano en este país -apenas lleva una semana en el cargo-, Vicent Battle, acusó a Líbano de dar cobijo a organizaciones terroristas, y aseguró que esa actitud impide limpiar la mala imagen creada durante los 15 años de guerra civil y dificulta ahora su participación en una coalición contra este tipo de terrorismo.
Las declaraciones han caído como una bomba en la clase política y en la sociedad libanesas, muy preocupadas por no reabrir las heridas, aún visibles, del conflicto. Además, lo declarado por Battle indica que se aproximan tiempos duros en las relaciones con Estados Unidos.
Un portavoz de Hezbolá, el llamado Partido de Dios, aliado de Irán, restó importancia a las peticiones estadounidenses y expresó a EL PAÍS sus dudas sobre su eficacia: 'Dudo de que el Gobierno libanés acepte este tipo de peticiones'.
Tras preguntarle sobre cuál sería la actitud de Hezbolá si se procede a la detención y extradición de alguno de sus líderes, jefes o militantes, el portavoz no duda en responder: 'Eso no va a suceder nunca, porque es imposible'.
Hezbolá, un Estado dentro del Estado (dispone de escuelas y hospitales propios), y con representación parlamentaria desde el año pasado, rechaza también cualquier posibilidad de desarmarse mientras continúe el conflicto palestino.
El líder espiritual de Hezbolá, Fadlalla, por su parte, emitió ayer una fatwa -una opinión jurídica y religiosa autorizada de obligado cumplimiento para los fieles- en la que prohíbe todo tipo de colaboración en la ofensiva militar estadounidense.
Se entiende que este paso (que se une a la fatwa de los islamistas radicales jordanos) es la respuesta a la presentación de la lista por parte de Estados Unidos.
Lista de países terroristas
Líbano ocupó hasta 1997 un puesto destacado en la lista que el Departamento de Estado de Estados Unidos elaboró sobre países patrocinadores del terrorismo internacional, pero ahora corre el riesgo, junto a Siria, de regresar a ella.
Varios son los países islámicos que Washington considera como protectores del terror; entre ellos destacan cinco: Irak, Sudán, Afganistán, Yemen e Irán. El Gobierno de Sadam Husein sigue dando pasos hacia la condena de lo ocurrido; en Sudán, el ideólogo del islamismo radical, Hasan al Turabi, está en prisión, e Irán dispone de un Gobierno moderado que va ganando la batalla al radicalismo. Quedan Afganistán y Yemen.
El conflicto es, ante todo, de concepto: ni el presidente, Camile Lahoud, ni el primer ministro, Hariri, consideran a Hezbolá como un grupo terrorista; para ellos se trata de un movimiento de liberación libanés. Washington no discute tanto su estatuto actual como su actuación durante la guerra civil. Le acusa de estar detrás de diversos atentados antinorteamericanos, como el de la embajada y el cuartel general de los marines en 1983, o el secuestro de occidentales en los ochenta.
'Estados Unidos tiene una lista de terroristas que se renueva anualmente y Líbano tiene en su territorio a algunas personas y organizaciones que están en ella', dijo Battle. El embajador insta al Gobierno libanés a cumplir la resolución 1.250 del Consejo de Seguridad de la ONU, sobre cooperación para combatir el terrorismo internacional, pero el Ejecutivo libanés replica que existen otras muchas resoluciones que obligan a Israel y que jamás se han aplicado, y eso, a juicio de Hariri, favorece la percepción en Oriente Próximo de que EE UU utiliza un doble rasero.
