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EE UU desvela su red de espías de la Segunda Guerra Mundial

Aline Griffith, más conocida como la condesa de Romanones, trabajaba desde Madrid

El Gobierno de Estados Unidos ha divulgado hoy, por primera vez en la historia, los secretos de la Oficina de Servicios Estratégicos, una agencia de inteligencia anterior a la CIA, a la que miles de estadounidenses se unieron como espías durante la Segunda Guerra Mundial. Los documentos incluyen las identidades de casi 24.000 empleados, entre los que se encuentra Aline Griffith, más conocida por su título de condesa de Romanones, que trabajaba desde Madrid.

También están en la lista de empleados algunas personas que adquirieron después de la guerra prominencia en Estados Unidos. Dos de ellos, Allen Dulles y William Casey, serían directores del organismo que heredó varias de las misiones de la Oficina: la CIA.

Otros nombres reconocidos son los del ex magistrado del Tribunal Supremo Arthur Goldberg, el de la chef Julia Chile, el del jugador de béisbol Moe Berg, el del historiador Arthur Schlesinger y el del actor Sterling Hayden. John Hemingway, hijo del escritor Ernest Hemingway; Kermit Roosevelt, hijo del presidente Theodore Roosevelt; y Miles Copeland, padre del batería de The Police, Stewart Copeland, también trabajaron como espías.

Los Archivos Nacionales de Estados Unidos han puesto a disposición del público 216 paquetes de documentos que incluyen películas de reconocimiento aéreo de territorios enemigos, propaganda, instrucción en el empleo de armas y 750.000 páginas entre las que se cuentan las solicitudes de empleo.

La Oficina fue creada por decreto militar en 1942 y disuelta en septiembre de 1945 por orden del presidente Harry Truman. Su misión consistía en el espionaje y análisis de información sobre Alemania, Japón y sus aliados, además de la planificación y ejecución de operaciones especiales, incluida la cooperación con los grupos clandestinos de resistencia a la ocupación alemana y japonesa.

La CIA se opuso durante décadas a la divulgación de estos documentos, pero en 1981 William Casey, entonces director de la agencia, ordenó que el material se transfiriera a los Archivos Nacionales.

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