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LOS PAPELES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO | La reislamización de Turquía

EE UU vigila de cerca la agenda islamista de Erdogan

Washington mantiene relaciones privilegiadas con militares turcos como contrapeso al primer ministro - La Embajada maneja "pruebas circunstanciales" de un plan oculto

Juan Carlos Sanz

El misterio de Recep Tayyip Erdogan se resuelve casi a diario en los despachos de la Embajada de Estados Unidos en Ankara. Desde que es investido como primer ministro en 2003, en vísperas de la intervención militar norteamericana en Irak, los diplomáticos norteamericanos no han dejado de escudriñar sus movimientos. Parecen haber llegado a la conclusión de que el gobernante islamista es un líder reformista con tics autoritarios al frente del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), aunque consideran que el riesgo de que pueda imponer la Sharia o ley islámica en Turquía es bajo. Los observadores estadounidenses manejan también información sobre sombras de corrupción en el entorno de Erdogan.

La legación en Ankara capta información entre los colaboradores más directos del líder del AKP
Su "arrogante orgullo" e "irrefrenable ambición" convierten en vulnerable al jefe del Ejecutivo
El yerno de Erdogan aparece citado en un informe de negocios de gas entre Rusia e Italia
Los diplomáticos creen que, pese a sus raíces islamistas, el AKP busca una cierta modernización
Un general aseguró en 2007 que podría haber sacado los tanques a la calle si hubiera querido
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EE UU dispone de datos que apuntan a un brote de corrupción en el entorno de Erdogan
Washington recaba información sobre el intento de asesinato de un viceprimer ministro
"Los militares tienen planes para intervenir en los asuntos políticos", admite el embajador
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Secretos, planes y obsesiones de EE UU

En 2007, cuando se acercan las elecciones legislativas, la Embajada de EE UU se pregunta si Erdogan tiene una "agenda oculta islamista" y considera que sus rivales políticos solo han presentado "pruebas circunstanciales" (cable 101373) en su contra. Por ejemplo, sus raíces políticas en el Partido del Bienestar del ex primer ministro Necmettin Erbakan, un islamista radical. O que siendo alcalde de Estambul, elegido en 1994, se denominaba a sí mismo "el imán" de la ciudad. Erdogan pasó cuatro meses en la cárcel en 1998 tras ser condenado por incitación al odio religioso, pero moderó su discurso político y fundó el AKP en 2001 para arrollar en las urnas al año siguiente a los partidos tradicionales.

EE UU observa con atención las debilidades que hacen vulnerable al primer ministro - "arrogante orgullo" e "irrefrenable ambición"-. Frente a quienes defienden su gestión reformista para reducir el control de los militares sobre el poder civil, se sitúan sectores laicos que sospechan que tras el acercamiento a la Unión Europea se oculta un programa de islamización forzosa. Por ejemplo, en la legislación que autorizó el uso del pañuelo islámico en las universidades, posteriormente anulada por el Tribunal Constitucional, o por la entrada de dinero verde (de Arabia Saudí y el golfo Pérsico) en los negocios turcos, cuyo peso relativizan los propios diplomáticos de EE UU en Turquía.

Poco después de los comicios de 2007, en los que el AKP arrasó con cerca del 47% de los votos, un estrecho colaborador del primer ministro se entrevista con un diplomático de EE UU (cable 116713, clasificado secreto) que solicita que la fuente quede "estrictamente protegida". El relato es en general amable, pero la Embajada interpreta que el terco e hiperactivo Erdogan es un "patriarca benevolente que manda en sus dominios con estrictas normas autocráticas".

Cuenta que en la reunión de la ejecutiva del AKP celebrada al día siguiente de las elecciones todos esperaban que Erdogan celebrara los buenos resultados. En cambio, les amonestó. "Solo queda año y medio para las elecciones locales. Para que seamos el partido de Turquía necesitamos ganar en Esmirna, en Trabzon, en Tunceli y en [el palacio presidencial de] Çankaya ", prosigue el relato de su colaborador recogido por la Embajada de EE UU.

Tras describirlo como un workaholic, el confidente narra que el adicto al trabajo gobernante visitó tres provincias al día durante la campaña electoral. "Quien conoce bien al primer ministro sabe que es muy obstinado", explica el contacto fichado por la legación estadounidense en Ankara. Pero también resalta su capacidad de seducción en las relaciones personales directas, que cultiva en el trato con los líderes extranjeros. A título ilustrativo, asegura que hasta el frío Vladímir Putin le abraza para saludarle.

Obstinado y perfeccionista. Pero no un déspota. Erdogan prefiere generar relaciones de lealtad en su cercanía. Su estrecho colaborador refiere a los estadounidenses que en el anterior mes sagrado de Ramadán el jefe de Gobierno se quedó encerrado dentro de su vehículo blindado oficial. Se había desmayado a causa de una bajada de glucosa en la sangre producida por el ayuno. Su guardaespaldas buscó un gran mazo en una construcción cercana para romper el parabrisas y rescatarlo. A pesar del escándalo (algunos periodistas observaron los hechos) no le despidió, pues consideró que actuó por "verdadera devoción" hacia su jefe.

En algunos documentos del Departamento de Estado consultados se siembran dudas sobre la limpieza de la gestión de un jefe de Gobierno que tiene la lucha contra la corrupción como bandera. Así, en un informe sobre la situación en la ciudad de Antalya, uno de los principales centros turísticos de Turquía, la Embajada en Ankara asegura que Erdogan recomendó al alcalde, miembro de su partido, que adjudicara la construcción de una línea de tranvía al empresario Sadik Albayrak, padre del yerno del primer ministro.

El marido de su hija también aparece citado (cable 247415) por la Embajada de EE UU en Moscú al analizar los intereses de Putin y Berlusconi en el sector de la energía. Al referirse al proyecto South Stream de la compañía rusa Gazprom (un gasoducto que discurre bajo el mar Negro) en relación con una conducción similar turca para enlazar Samsun (mar Negro) con Ceyhan (Mediterráneo), un diplomático europeo en Moscú asegura que la empresa italiana ENI es el operador del proyecto de Turquía y que, junto con su socio local -"el yerno del primer ministro Erdogan", según revela a la Embajada de EE UU- necesita el apoyo de Rusia.

El consejero económico de la Embajada indaga por su cuenta en los negocios entre Turquía e Irán (cable 194407) tras el acuerdo para construir un gasoducto entre ambos países. Una fuente cercana al ministro de Energía precisa que el socio turco del proyecto es, por recomendación del primer ministro, la compañía SOM Petrol, propiedad de Sitki Ayan, compañero de estudios de Erdogan en una imam hatip (escuela coránica) de Estambul.

También con vistas a las elecciones de julio 2007, la Embajada de EEUU en Ankara intenta averiguar las intenciones de los militares tras el "golpe de Estado electrónico" del anterior 27 de abril. Un comunicado para "proteger el Estado laico" difundido en la página web del Estado Mayor turco precedió al veto del Tribunal Constitucional a que el islamista Abdulá Gül fuera elegido entonces presidente de la República en una votación parlamentaria.

Tras recabar la opinión de varios expertos turcos, la número dos de la legación norteamericana considera que "los generales están claramente actuando detrás del telón". La misma responsable diplomática refiere un "encuentro reciente" con el también número dos de las Fuerzas Armadas, general Ergin Saygun, en el que este asegura que los militares actuaron el 27 de abril para "garantizar la protección de sistema laico de Turquía". Saygun afirma que los militares no buscan el enfrentamiento, y precisa que podrían haber sacado los tanques a la calle si hubieran querido.

Los analistas de la Embajada en Ankara consideran que Erdogan dirige un movimiento conservador de raíces islamistas que ha impulsado, aunque modestamente, las ideas de Mustafá Kemal, Atatürk, fundador de la República en 1923, para la modernización y occidentalización del país. "Los cambios van a alterar inevitablemente el tradicional reparto de poderes para fortalecer a los gobernantes civiles", concluyen.

Un diplomático sostiene a finales de 2009 que sus "contactos" desmienten la tesis de que Turquía corra el riesgo de convertirse en una república islámica,como IRÁN. El activismo político de los sectores religiosos se articula a través de las tarikat o cofradías religiosas. Entre ellas destaca la de Fetulá Gülen, un imán exiliado en EE UU y al frente de un movimiento conectado con la política, la educación, los negocios y la prensa. Este grupo ejerce, por su influencia, un papel similar al que desempeñó en España el Opus Dei en la época final del franquismo.

Como subraya en su comentario final un diplomático del Consulado de Estambul, los militares temen una infiltración masiva de adeptos de Gülen entre la oficialidad. De manera que, periódicamente, el Estado Mayor purga sus filas de elementos islamistas. Una periodista turca revela a los diplomáticos estadounidenses alguno de los métodos utilizados por la cúpula militar en la caza de brujas. Hay inspectores de las Fuerzas Armadas que suelen revisar las bolsas de basura depositadas ante las viviendas de los oficiales para comprobar en cuáles de ellas no hay restos de botellas de alcohol. Y a veces los mandos castrenses son invitados por sorpresa junto con sus esposas a fiestas organizadas en las piscinas de los centros militares, donde se supone que todos los asistentes deben ir en bañador. Aquellas mujeres demasiado devotas que se niegan a acudir a la fiesta acaban poniendo en peligro la carrera de sus maridos.

El Departamento de Estado emite el 22 de enero de 2010 desde Washington un mensaje para la Embajada de Ankara con el siguiente asunto: "Petición de información sobre el intento de asesinato del viceprimer ministro turco Bülent Arinç" (cable 244927). El embajador James F. Jeffrey contesta el día 29. "Dos oficiales de las fuerzas especiales del Ejército turco fueron detenidos por la policía el pasado 19 de diciembre cerca de la casa del viceprimer ministro Arinç, lo que llevó a sospechar que los militares estaban planeando asesinarle".

La supuesta trama contra el viceprimer ministro se diluye entre los legajos de los juzgados de la capital turca por aparente falta de pruebas. Sin embargo, dispara la tensión entre civiles y militares, que acaba por estallar el 22 de febrero de 2010. La Embajada de EEUU en Ankara informa al día siguiente a Washington (cable 250311).

La policía detiene a casi medio centenar de jefes y oficiales acusados de estar involucrados en tramas golpistas entre 2003 y 2004. El embajador destaca que Erdogan se encontraba en esa fecha "convenientemente fuera del país", "en visita oficial en España". Cuando se conoció la noticia de la redada,el primer ministro turco estaba participando en un foro con políticos y empresarios en Madrid. No parecía muy agobiado, pues al acabar el acto se detuvo para hacerse una foto con un grupo de escolares en la puerte del hotel Ritz, antes de entrevistarse con su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero. "La policía ha actuado con mandato judicial", como receoge el teletipo diplomático, se limitó a declarar en el Palacio de la Moncloa. Es su "perro de presa", precisamente Bülent Arinç, quien proclama en el mismo informe que "los tiempos han cambiado en Turquía". Jeffrey admite finalmente en su comunicación conel Departamento de Estado. que "por el humo se sabe dónde está el fuego". "Los militares, obviamente, tienen planes para intervenir en los asuntos políticos si lo consideran necesario".

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El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ante banderas turcas durante un acto militar en Ankara, el pasado 1 de agosto.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ante banderas turcas durante un acto militar en Ankara, el pasado 1 de agosto.AFP
Una mujer con pañuelo islámico pasa ante una joven que toca el violonchelo en una calle de Estambul.
Una mujer con pañuelo islámico pasa ante una joven que toca el violonchelo en una calle de Estambul.AP

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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