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Las fuertes lluvias dificultan la recuperación de los cuerpos de los españoles asesinados en India

Los cuerpos de María Ángeles Gironés y su hijo de 14 años Cristóbal Molina, asesinados el pasado sábado en el Estado indio de Himachal Pradesh mientras practicaban senderismo, no podrán ser repatriados hasta mediados de semana debido a las dificultades para acceder al lugar donde se produjo el asesinato y a la obligación de practicar la autopsia, según fuentes diplomáticas. La policía india confirmó que los asaltantes apalearon a sus víctimas hasta que las dieron por muertas. El único superviviente, el británico Martin Young, explicó que fueron asaltados de noche, después de acampar.

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Las labores de rescate de las víctimas se vieron especialmente entorpecidas debido a la inexistencia de carreteras en una treintena de kilómetros a la redonda del lugar del asesinato y a la lluvia torrencial que cayó durante toda la noche del sábado en el lugar.En conversación telefónica con este periódico, Javier Gutiérrez, encargado de Asuntos Consulares de la Embajada de España en Nueva Delhi, señaló ayer que el Estado de Himachal Pradesh, donde se produjo el asesinato, "no es especialmente peligroso", aunque siempre que se hace un viaje de este tipo hay que tener "prudencia y cuidado". "Aventurarse sin ningún guía ni acompañantes es muy peligroso", añadió. Gutiérrez confirmó que el paraje donde los asaltantes sorprendieron a Gironés y su hijo es muy solitario. "Se internaron a unos treinta kilómetros de la carretera más cercana".

Dos funcionarios de la Embajada de España en India, un español y un traductor local, se encuentran desde ayer en Kullu, adonde fueron trasladados los dos cadáveres. Está previsto que hoy se realicen las autopsias y desde allí se trasladen los cuerpos hacia Nueva Delhi para su posterior repatriación a España. "Entre Kullu y Nueva Delhi hay unos 600 kilómetros y la carretera es mala, por lo que el traslado puede demorarse durante unas doce horas". "Estaremos en contacto con los familiares para ver si quieren que se guarden aquí hasta que ellos lleguen, o si prefieren no venir y que se envíen a España", explicó el embajador de España en India, Alberto Escudero. Fuentes de la familia señalaron ayer en Valencia que, muy posiblemente, no se desplacen hasta India.

Escudero confirmó las primeras sospechas de que el móvil del doble asesinato fue el robo. Respecto a la forma en que fallecieron los dos ciudadanos españoles, el director general de la Policía del Estado de Himachal Pradesh, A. K. Puri, aseguró a la agencia india Press Trust que los dos murieron apaleados por presuntos atracadores, mientras que el hombre que les acompañaba resultó gravemente herido a consecuencia de los golpes. El embajador español agregó que lo único que se sabe de lo sucedido es lo narrado por el súbdito británico, Martin Young: "Él dice que cuando habían acampado para pasar la noche fueron atacados de noche por un grupo de maleantes, no se sabe cuántos, que los maltrataron, los dieron por muertos y se fueron con su dinero y material fotográfico". El diplomático español agregó que el superviviente fue recogido por el empleado de una central eléctrica, relativamente cercana, que, al ver que estaba todavía vivo, avisó a sus compañeros. En la central le prestaron la primera asistencia médica.

Aunque la intención de los dos funcionarios españoles enviados a Kullu era contactar con Young, éste fue trasladado ayer desde el ambulatorio de Kullu a un centro hospitalario en Nueva Delhi, con lo que el contacto directo no fue posible.

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