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Cuba dice que el material y los autores de los atentados contra dos hoteles proceden de EE UU

Los hoteles Nacional y Capri de La Habana volvieron ayer rápidamente a la normalidad horas después de que estallasen sendos artefactos explosivos de pequeña potencia en las recepciones de ambas instalaciones turísticas. Las autoridades informaron de que sólo hay tres heridos leves. El Ministerio del Interior aseguró ayer en un comunicado oficial que poseía "evidencias de que los responsables de estos hechos, así como los materiales utilizados, proceden de Estados Unidos", Washington, que pidió pruebas, condené cualquier acto de violencia en la isla y manifestó su apoyo a una transición pacífica.

Tras el estallido el pasado 12 de abril de un artefacto en el hotel Cohiba de La Habana, el propio FBI reconoció que investigaba el posible origen estadounidense de explosivos utilizados en Cuba por residentes en Miami.En 1993, varios miembros del grupo anticastrista Comandos L entraron en la isla en lanchas rápidas y tirotearon desde el mar el hotel Sol-Palmeras, en Varadero. Otro comando anticastrista penetró en la isla el 22 de enero de 1992 con bombas y explosivos para atacar centros turísticos. El jefe del comando, Eduardo Pérez Betancourt, fue fusilado. El 15 de octubre de 1994, otro grupo de siete exiliados fue detenido con armas y explosivos en la provincia de Villa Clara. Las autoridades no han acusado a ningún grupo.

[El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, hizo saber ayer que apoya únicamente una transición pacífica en Cuba y denunció cualquier acto de violencia en la isla, como reacción a los atentados del sábado, según informa la agencia Efe desde Washington. Una portavoz del Departamento de Estado pidió a Cuba las pruebas que afirma tener sobre la conexión de los atentados con personas o materiales de EE UU.]A pesar de tener la situación controlada, las autoridades cubanas confirmaron con los atentados algo que ya sabían desde hace tiempo: que hay grupos cuya identidad hasta ahora se desconoce que están interesados en espantar al turismo para dañar la débil economía de la isla. Desde abril, el Gobierno de Fidel Castro era consciente de que algo así podría ocurrir, coincidiendo con la celebración este año de varios acontecimientos en la isla. Entre ellos está el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se celebrará del 28 de julio al 5 de agosto; el V Congreso del Partido Comunista, las elecciones municipales de noviembre y la visita del Papa en enero próximo.La primera señal de verdadera alarma llegó en la madrugada del pasado 12 de abril cuando una pequeña explosión en los aseos de la discoteca Ache del Meliá Cohiba provocó daños leves. Ni el Ministerio de Turismo ni fuentes del grupo Sol-Meliá confirmaron nunca que se tratara de una bomba, pero tanto trabajadores del hotel que fueron interrogados por agentes del Ministerio de Interior como fuentes oficiales cubanas y españolas conocedoras del caso reconocen en privado que así fue.El 1 de mayo fue encontrado otro artefacto explosivo sin activar en una jardinera del piso l5' del mismo hotel, y el 21 de junio, un paquete sospechoso hallado en la calle Paseo por una señora provocó un amplio despliegue policial, que luego fue justificado como una "maniobra rutinaria".La bomba del Cohiba -nunca confirmada oficialmente- hizo que las autoridades dispusiesen de un "operativo de vigilancia especial" en tres hoteles de La Habana, el propio Meliá Cohiba, el Tryp Habana Libre, de administración española, y el hotel Nacional, en el que estalló un artefacto el sábado. Las pesquisas policiales dieron los primeros resultados hace varias semanas, cuando fue detenida una ciudadana cubanoestadounidense supuestamente vinculada a estos actos terroristas.

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