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La cadena estadounidense TV Martí empieza a 'bombardear' Cuba

Estados Unidos, una vez derrocado militarmente Manuel Antonio Noriega en Panamá y derrotado democráticamente el sandinismo en Nicaragua, inició ayer una nueva guerra contra el único enemigo que le queda en el continente: la Cuba de Fidel Castro. Solamente que esta vez, en lugar de apoyar una operación militar como la que fracasó en Bahía de Cochinos en 1961, Washington recurrió para sus fines a los servicios de una emisora de televisión, TV Martí, financiada con el dinero del contribuyente, que comenzó a emitir ayer.

La flamante TV Martí abrió sus transmisiones a Cuba después de un tormentoso período de prueba de varios meses, jalonado de fracasos técnicos achacados al impredecible tiempo reinante en la península de Florida. La sede de la estación, un experimento análogo al realizado con Radio Martí, la emisora que inició sus transmisiones a Cuba en mayo de 1985, se encuentra en Washington, alojada en los locales de la Voz de América, de quien depende administrativa, financiera y políticamente.La señal es transmitida desde Washington, a través de un satélite de comunicaciones, a un receptor situado en la base aérea de Cayo Sudjoe, desde donde, a su vez, es retransmitida a la zona circundante de La Habana mediante la utilización de otro transmisor, instalado en un globo de helio sujeto a una torre de 17 metros. Según ha informado el Miami Herald, los fuertes vientos reinantes en los estrechos de Florida han obligado a los técnicos a bajar el globo a tierra por lo menos en una ocasión. [Las emisiones de TV Martí fueron ayer interferidas en Cuba tan pronto empezaron a llegar las señales a los receptores, quedando completamente bloqueadas en La Habana, informa Reuter].

Período de prueba

La televisión, que emite imágenes y da información, que según sus directivos no llegaría de otra forma a Cuba, transmitirá durante un período de prueba de tres meses unas tres horas diarias, con un coste total de 7,5 millones de dólares (unos 800 millones de pesetas). Si la prueba constituye un éxito, TV Martí podrá continuar sus emisiones durante, por lo menos, dos años más, con una partida de 36 millones de dólares adicionales, ya aprobados por el Congreso norteamericano.

La decisión norteamericana ha sido calificada en La Habana de "nueva agresión" por parte de EE UU. Y el Gobierno cubano ha amenazado no sólo con interferir las transmisiones, como ha hecho, sino con crear un caos en las emisoras de onda media estadounidenses y en las comunicaciones militares.

La amenaza cubana ha sido tomada totalmente en serio por los responsables de las radios privadas. Un portavoz de la Asociación Nacional de Radiodifusión ha declarado que los cubanos tienen la capacidad técnica necesaria para interferir las transmisiones en onda media en 30 Estados de la Unión, desde Florida a la frontera canadiense en el Este, y hasta Utah, en el Oeste. "Cuentan con un transmisor de un millón de kilowatios y con otros dos de 500.000 kilowatíos cada uno".

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En unas recientes declaraciones a la televisión oficial cubana, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Ulises Rosales del Toro, manifestó que Estados Unidos sabe perfectamente que "tenemos la capacidad técnica no sólo para interferir las emisoras locales norteamericanas, sino para entorpecer otros sistemas electrónicos ligados a la seguridad nacional (estadounidense)". "Son ellos los que van a violar nuestra soberanía y, por tanto , a ellos les corresponde decidir hasta dónde quieren llegar", añadió. Sin embargo, el equipo directivo de TV Martí no concede demasiada importancia a las amenazas castristas. "También dijeron que iban a interferir Radio Martí y después no lo hicieron", han manifestado.

La inauguración de las transmisiones de TV Martí coincide prácticamente con una grave crisis registrada en la dirección de Radio Martí, provocada por la dimisión, el pasado 6 de marzo, de su director, Ernesto Betancourt.

Betancourt mostró su desacuerdo con los deseos de la poderosa Fundación Nacional Cubano-Americana y su presidente, Jorge Mas Canosa, de influenciar el contenido editorial de las emisiones a Cuba, tanto de Radio Martí como de la nueva televisión. Poco después era cesado fulminantemente.

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