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Nuevos atentados contra dirigentes de la democracia cristiana salvadoreña

Diego Trujillo, diputado salvadoreño del Partido Demócrata Cristiano, fue asesinado ante sus alumnos en la escuela de Nueva Concepción, en el departamento de Chalatenango, por cinco encapuchados que interrumpieron la clase y le dispararon varias ráfagas de metralleta. Con él son ya trece los dirigentes democristianos muertos por bandas de ultraderecha desde que este partido fuera desplazado del poder en las elecciones del 28 de marzo.

Esta sucesión de crímenes ha llevado a los líderes de la democracia cristiana a amenazar con desvincularse totalmente del actual proceso político salvadoreño si el Gobierno no tiene capacidad para protegerlos. Julio Rey Prendes, primer diputado de este partido, ha denunciado el último asesinato en términos muy duros.Estos hechos coinciden con la aprobación, por parte de la Cámara de Representantes de Washington, de una resolución en la que se exige a Ronald Reagan que certifique, antes del 28 de julio, una mejora de los derechos humanos en El Salvador como condición para mantener la ayuda económica y militar a este país.

Para los propósitos del presidente norteamericano puede tener un pésimo efecto el hallazgo, en las afueras de la capital salvadoreña, de un cadáver decapitado, que, según fuentes de la Embajada de EE UU, podría corresponder al periodista estadounidense John Sullivan, desaparecido en un hotel de San Salvador hace dieciocho meses, apenas dos horas después de su llegada.

Dos dirigentes de la oposición salvadoreña, exiliados actualmente en México y presos durante meses en las cárceles de su país, denunciaron recientemente que John Sullivan había sido visto en las mazmorras de la policía de Hacienda. El cuerpo de John Sullivan fue exhumado el viernes pasado en el cementerio de Nueva Cuscatlán, a seis kilómetros al sur de la capital, ante la eventualidad de que pudiera tratarse de un ciudadano norteamericano. Según las autoridades judiciales, el cadáver fue hallado el pasado mes de diciembre y enterrado como persona no identificada.

Los últimos episodios bélicos de la guerra civil salvadoreña se han centrado en el departamento de Chalatenango, donde la guerrilla mantiene en su poder a tres pequeñas poblaciones rurales. Sabotajes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) han dejado sin fluido eléctrico a la capital departamental de Usulután.

La amenaza guerrillera de atentar contra cualquier transporte por carretera, sea civil o militar, mantiene aisladas a las ciudades orientales de San Miguel, San Vicente, Usulután y San Francisco Gotera, capitales de otros tantos departamentos. El ministro de Defensa salvadoreño, general José Guillermo García, estaría dispuesto a aceptar la mediación de México para conseguir la liberación del subsecretario de Defensa, coronel Francisco Adolfo Castillo, que se encuentra en poder de la guerrilla.

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