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Paul Tsongas, el mensajero del realismo

Antonio Caño

La victoria de Paul Tsongas en las elecciones parciales celebradas el martes en New Hampshire es el más firme revés para quienes creían que hay que parecer un actor de cine para hacer política en Estados Unidos.Tsongas no sólo no recuerda a una estrella del firmamento de Hollywood, sino que tuerce ligeramente la boca al hablar -como secuela de un cáncer del que consiguió curarse-, es incapaz de mover las manos de esa manera enérgica en que acostumbran los políticos y, para colmo, no promete el cielo si llega a la Casa Blanca desbancando a George Bush. El lema de su campaña electoral es: "Yo no soy Santa Claus". No anuncia rebaja de los impuestos ni la consecución de un paraíso económico para dentro de seis meses. Por el contrario, advierte que para salir de la aguda crisis actual será preciso apretarse el cinturón y trabajar más y mejor.

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La credibilidad y la seriedad han sido sus principales bazas electorales. Eso, y un programa economico de 85 páginas que ningún otro candidato ha sido capaz de elaborar.

Casado, con tres hijos, Paul Tsongas, de 51 años de edad, recuerda mucho al candidato demócrata de 1988, Michael Dukakis. Como él, procede de Massachusetts, y como él es de origen griego y de religión ortodoxa griega.

Tsongas no es un candidato del aparato del Partido Demócrata, al que critica con tanto ardor como al presidente George Bush. Cuenta tan sólo con 250.000 dólares (25 millones de pesetas) para afrontar el resto de la campaña electoral.

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