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El Elíseo llama a combatir el calentamiento climático

Nicolas Sarkozy cogió de nuevo ayer por sorpresa a sus críticos y reunió en el palacio del Elíseo a los principales líderes ecologistas franceses junto con el ministro de Ecología, Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, Alain Juppé. El objetivo del presidente francés era poner en marcha la preparación de una gran conferencia el próximo otoño de la que deben salir los programas "concretos y realizables" que pongan a Francia en la senda del desarrollo sostenible y la lucha contra el calentamiento climático. "No será una enésima conferencia para constatar la urgencia ecológica y concluir que hace falta actuar. La época de las conferencias está detrás de nosotros, la principal prioridad es prevenir el cambio climático", dijo Sarkozy.

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Entre los asistentes se encontraba el líder ecologista Nicolas Hulot, que en su momento renunció a presentar su propia candidatura a la presidencia francesa a cambio de que los principales candidatos se comprometieran a un pacto ecológico que, entre otras cosas, contemplaba la creación de un superministerio como el que ostenta Juppé, con categoría de ministro de Estado. En aquel momento, las propuestas medioambientales del programa de Sarkozy obtuvieron una de las notas más bajas, comparada con la de otros aspirantes al Elíseo. Por esta razón, la rapidez con la que ha actuado, le valió las alabanzas de Hulot.

Desarrollo sostenible

La reunión, a la que acudieron dirigentes de nueve organizaciones ecologistas -incluida Greenpeace y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)-, representantes del mundo empresarial y varios expertos en desarrollo sostenible, duró varias horas. Sarkozy abrió la reunión prometiendo "pasar a la acción". Entre los objetivos figura preservar la biodiversidad y prevenir las consecuencias de la contaminación sobre la salud. "No estaremos de acuerdo sobre todos los temas", admitió el presidente, "pero debemos llegar a decisiones ambiciosas". En su opinión, el desafío del calentamiento climático no debe ser concebido como una amenaza, sino como "una formidable oportunidad" para Francia si el país sabe convertirse en un "motor internacional" en materia de medio ambiente.

Pese a que todos los actores citados ayer en el Elíseo reconocieron la importancia de que finalmente el problema se tratara al máximo nivel posible, no todo fueron alabanzas. La Alianza por el Planeta aseguró que la reunión había sido positiva, en el sentido de que hubo acuerdo sobre "determinados puntos del método": energía agricultura y transportes. El lado negativo es que hay "fuertes divergencias" en campos como "la incineración de residuos, la energía nuclear o los organismos genéticamente modificados".

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