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La Embajada de EE UU en Kabul despide a ocho guardias por el escándalo de las fiestas

Dos de los implicados han dimitido.- Las autoridades prohíben el consumo de alcohol en la sede diplomática

La Embajada estadounidense en Kabul ha anunciado hoy en un comunicado que despidió a ocho guardias de seguridad por su relación con las fiestas que se organizaron en el campamento donde viven, en las que, según la ONG que denunció los hechos, se emborrachaban y humillaban a ciudadanos afganos. Además, otros dos guardias han dimitido, según ha informado.

Todos ellos, que aparecen en algunas de las fotografías que salieron a la luz esta semana y en las que se ve a guardias y supervisores semidesnudos participando en fiestas en las que abunda el alcohol, salieron hoy de Afganistán, ha dicho la Embajada, que ayer comunicó que ha prohibido las bebidas alcohólicas en el Campamento Sullivan.

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En una carta enviada a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, la organización independiente Proyecto de Supervisión del Gobierno revela que los guardias de seguridad de la empresa ArmorGroup hacían fiestas en el campamento en las que se quitaban la ropa, bebían vodka y abusaban de ciudadanos afganos. Además de denunciar la falta de personal y otras deficiencias en la Embajada, la ONG advierte de que esta situación genera problemas de seguridad. En su carta, compara el ambiente creado por los guardias con la historia de la película El señor de las moscas, basado en rituales de abuso y humillación. Según los testigos consultados por la organización, algunos guardias orinaban encima de otras personas.

En una ocasión, un supervisor en ropa interior que llevaba varias botellas de alcohol en las manos cogió de la cara a un afgano y usó "palabras duras" para humillarle, según la ONG. La legación diplomática asegura en su comunicado que el equipo local de ArmorGroup North America va a "ser sustituido inmediatamente". ArmorGroup, filial de la empresa de Florida (EE UU) Wackenhut Services, tiene 450 guardias trabajando en la Embajada en virtud de un contrato de cinco años valorado en 189 millones de dólares que se amplió el pasado junio.

Su misión es proteger en Kabul al cuerpo diplomático estadounidense, pero su vicio es el alcohol, las fiestas y abusar de empleados afganos. Lo denuncia una ONG que ya ha protestado ante Hillary Clinton. Los mercenarios, de una empresa privada contratada por el departamento de Estado dedican más tiempo a las novatadas que a su misión. La denuncia se acompaña de testimonios de empleados afganos acosados y sometidos a vejaciones. Dicen que el miedo y la coerción reinan en la embajada...La misma que unos días antes de las elecciones era objetivo de los talibanes en una espectacular acción terrorista que mató a 7 personas y sembró el caos... Es el departamento de estado quien contrató  y ya investigó a la empresa privada de estos mercenarios....Ahora, dicen que habrá cero toelrancia con esto comportamientos. Unos abusos que recuerdan a los excesos de las tropas estadounidenses en Abu Graib.Vídeo: AGENCIA ATLAS
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