_
_
_
_
_

Encuentros mortales con tiburones

Polémica en EE UU por la muerte de un turista en las Bahamas en un viaje organizado que ofrecía buceo sin jaula en compañía de escualos

El que juega con fuego corre el riesgo de quemarse. El que bucea entre tiburones puede ser mordido. Suele ser habitual, pero morir, no tanto. Sin embargo, fue lo que le ocurrió el pasado domingo a Markus Groh, abogado austriaco de 49 años, cerca del Cayo Gran Isaac, el más cercano a EE UU de las islas Bahamas, al norte de Miami.

En 2007 no hubo más que un muerto por ataques de tiburón en todo el mundo, la cifra más baja en 20 años, y fue en el Pacífico. Hubo siete en 2004 y cuatro en 2005 y 2006. En Florida, la última víctima mortal fue una niña de 14 años, que nadaba en una playa del Golfo de México, en 2005. La polémica, en este caso, ha sido por la forma. Era una muerte anunciada por la peligrosidad del encuentro con tiburones sin protección ofrecido por la empresa organizadora de la aventura, y que se enfrenta ahora a serios problemas, incluso penales. En Florida está prohibido este tipo de excursiones desde 2001 y por eso se desplazaban hasta las Bahamas.

Groh aceptó jugar a la ruleta rusa en aguas cristalinas, pero muy peligrosas, y se apuntó junto a varios amigos a una oferta de una semana hecha por una empresa de buceo floridana, JASA (Jim Abernethy Scuba Adventures), radicada en Riviera Beach, al norte de West Palm Beach, la costa interior de la multimillonaria Palm Beach. "Encuentros con tiburones sin jaulas", es decir, trapecio sin red. En el anuncio de la oferta aún se advierte que bucear con tiburones es un deporte "potencialmente peligroso" y que los buceadores "deben acreditar experiencia en aguas profundas y con fuertes corrientes".

Pero a Abernethy, dueño de JASA y veterano profesor de buceo que ha colaborado en distintos documentales y ofrece también encuentros con delfines, tortugas y manatíes, ya le habían advertido en Florida y en las Bahamas que excursiones así, sin protección, atrayendo tiburones con carnada ensangrentada, podían terminar de la peor manera en cualquier momento. Sólo algunos colegas le han apoyado, pero la mayoría opina que se veía venir y hasta lo califica de "homicidio por imprudencia". Lo habitual es que todas las compañías de deportes de riesgo hagan firmar a sus usuarios documentos en los que asumen su responsabilidad.

Un tiburón tigre mordió en una pierna a Groh, que buceaba en ese momento con dos amigos, y aunque fue trasladado en un helicóptero de la Guardia Costera estadounidense al Hospital Jackson Memorial de Miami, el más grande y preparado de la ciudad para emergencias, llegó demasiado tarde. Los tiburones tigre suelen medir hasta cuatro metros y son los más abundantes y feroces de la zona, al igual que los tiburones martillo, cuya variedad gigante, que puede alcanzar hasta los seis metros, sólo se encuentra en esas aguas de las Bahamas.

La temporada de tiburones 2008 parece muy movida y varias playas de la costa de Palm Beach tuvieron que ser cerradas el martes ante la cercanía de cientos de escualos a la costa. Los tiburones recorren las costas de Florida desde las Bahamas hasta el Golfo en busca de comida. En Miami no se han registrado incidentes, pero sí se sabe que han entrado hasta la zona del puerto quizá en busca de desperdicios. Estadísticamente, el mayor número de ataques de tiburones, un 56%, se produce a surfistas frente a un 38% a nadadores y pescadores. Sólo un 8% a buceadores... Salvo que lo provoquen, como Groh.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_