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Ola de cambio en el mundo árabe | La posición de Turquía

Erdogan pide a Mubarak que escuche la voz del pueblo

Ankara busca reforzar su posición como potencia regional

"Escuche las demandas humanitarias [del pueblo egipcio], satisfaga sus deseos de cambio y preste atención al pueblo", fueron las tres peticiones que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, dirigió ayer desde Ankara al presidente egipcio, Hosni Mubarak. Unas palabras esperadas por muchos representantes del mundo árabe desde que empezaron las protestas hace una semana y que sitúan a Turquía a favor del cambio en Egipto.

El Ejecutivo turco pidió además el cese de la violencia contra los manifestantes y la convocatoria de elecciones libres y transparentes que demuestren el carácter de "país civilizado" de Egipto. "Ningún gobierno permanece en pie a pesar del pueblo. El Estado es el pueblo", afirmó Erdogan ante los aplausos de los diputados de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), del que dijo que está del lado de los "derechos y la democracia".

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La respuesta conecta perfectamente con la imagen de hombre "del pueblo y para el pueblo" sobre la que Erdogan fundamenta su programa político. Pero además refuerza el liderazgo del primer ministro turco ante la población de los países árabes. "Ningún otro líder islámico ni occidental ha hecho una declaración de tamaña fuerza", explica la profesora Nizar Hacizade, del Global Policy Trade Center. Las duras críticas que Erdogan lanzó a Israel hace dos años en el Foro de Davos -en oposición a la colaboración de Mubarak con el Estado judío- le han granjeado la simpatía de la calle en los países árabes. La semana pasada, en el mismo Foro de Davos, el secretario general de la Liga Árabe, el egipcio Amr Musa, pedía a los representantes turcos que utilizaran su influencia para mediar ante los organizadores de las revueltas.

Y así lo hizo. La posición de Ankara contrasta con el tímido comunicado de "profunda preocupación" que emitió tras la revuelta de Túnez. Según Hacizade, el motivo reside en el papel estabilizador que Egipto juega en Oriente Próximo y que ha llevado a Gobiernos como el de EE UU a apoyar al régimen de Mubarak. "Egipto es uno de los tres mayores países de la región, junto con Turquía e Irán, por lo que es comprensible que las autoridades turcas esperaran al desarrollo de los acontecimientos".

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Erdogan tuvo ayer buen cuidado en subrayar su colaboración con EE UU, en calidad de gobernante de la única democracia islámica y estable en la región.

Los lazos históricos con Egipto podrían convertir a Turquía en un modelo político y económico para el país, en el caso de que Mubarak abandone el poder. La perspectiva reforzaría la posición de Turquía como potencia regional pero sobre todo, cuidaría de sus intereses comerciales con Egipto, que ascienden a 3.000 millones de euros anuales.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ayer en Ankara.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ayer en Ankara.AFP

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