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Reportaje:

Esclava sexual a cambio de comida

Una menor de 15 años, violada por 20 presos adultos en una cárcel brasileña

La sociedad brasileña aún no se ha repuesto de la conmoción causada por la terrible historia de una menor de 15 años (la familia de la niña ha presentado su certificado de nacimiento) presa en la cárcel de Abaetetuba, en el Estado de Pará, que durante un mes se entregó como esclava sexual a 20 reclusos adultos a cambio de comida. El hecho ha sido calificado por Cezar Britto, presidente nacional de la Orden de Abogados, como un "crimen nefando e intolerable, impensable en la historia moderna, y un ataque grave al sistema constitucional brasileño".

La chica fue detenida por un pequeño robo y encarcelada en un penal masculino, porque en Abaetetuba no hay celdas para mujeres después de que una de las alas del edificio quedara destruida a causa de un motín de presos. Ante la falta de celda para ella, la colocaron en una dentro del pabellón masculino, donde, según confesiones de la chica a la policía, se vio obligada a convertirse durante un mes en esclava sexual de 20 presos, con quienes se prostituía a cambio de comida, ya que, afirmó, "la dejaban muchas veces con hambre". Al parecer, los familiares de la joven no habían sido avisados de su detencion, algo que es ilegal en Brasil; suelen ser los familiares de los presos quienes les llevan comida a la cárcel.

El director de policía Fernando Cunha, había señalado con anterioridad que la joven dijo tener 20 años cuando fue detenida; y que si las autoridades hubieran sabido que era menor de edad, no la habrían encerrado en una cárcel para mayores y menos masculina, según Cunha. La jefatura policial ya ha abierto una investigación para conocer la verdad del caso.

La menor, que según los médicos que la han asistido ha quedado destrozada por su horrible experiencia, está ahora bajo tratamiento psicológico en un lugar de ayuda a la infancia. Desde 2001, organizaciones para la defensa de los derechos humanos han estado alertando sobre graves violaciones en las cárceles de jóvenes de Pará. En aquel año, la Comisión de Derechos Humanos del Congreso ya había advertido sobre la terrible situación de las jóvenes encarceladas en el centro de internamiento femenino de dicho Estado. Según un informe redactado por diputados tras una visita al centro penitenciario, "los policías convencían a las muchachas para que tuvieran relaciones sexuales con ellos bajo la promesa de dejarlas después en libertad".

Según una investigación del Consejo Nacional de los Derechos del Niño y del Adolescente (Conanda), presentada al Consejo Parlamentario de Investigación del Sistema Carcelario la semana pasada, de las 10.500 jóvenes que actualmente están presas en el país, 685 se encuentran detenidas en comisarías de policía. De acuerdo a dicho informe, faltan 3.396 puestos en las 366 unidades carcelarias, generalmente saturadas. El centro penitenciario para muchachas de Pará ha sido considerado por los técnicos del Conanda como "el peor de todo el país". En su interior, con capacidad para albergar a tan sólo 48 presas, hay actualmente 138 adolescentes.

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