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Columna
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España encabeza la acogida de los presos de Guantánamo

España está siendo uno de los primeros aliados de Estados Unidos en ayudar al Gobierno de Obama en la importantísima misión, dentro de la lucha contra el terrorismo, de cerrar el campo de prisioneros de Guantánamo. El Gobierno estadounidense, que ve paralizados sus esfuerzos en su propio país debido a la oposición política y el oportunismo, se ve obligado a recurrir a aliados como España para reducir la población del centro. El respaldo de España es crucial para convencer a otros países, y tal vez incluso al Congreso de Estados Unidos, de cooperar en la labor de cerrar Guantánamo e impedir que nuestros enemigos terroristas utilicen ese símbolo para incorporar a nuevos miembros a sus filas.

"Obama depende más que nunca de sus aliados para avanzar en su objetivo de cerrar la prisión"

Independientemente de las mejoras llevadas a cabo en las condiciones de Guantánamo y de la reanudación de los juicios militares, el cierre de la prisión sigue siendo un imperativo de seguridad nacional. Guantánamo es un símbolo de la falta de legalidad y la hipocresía que han hecho el juego a nuestros enemigos. El presidente Obama calificó con acierto las repercusiones negativas de la prisión en la seguridad nacional de Estados Unidos cuando el pasado mes de mayo dijo que "ha creado más terroristas en todo el mundo de los que ha albergado". Cualquier plan para cerrar Guantánamo debe incluir docenas de traslados a terceros países porque las leyes internacionales restringen el envío de presos a países en los que les aguarda la perspectiva de sufrir torturas.

España ha aceptado esta responsabilidad y ha asumido el reto de ayudar a eliminar este instrumento de reclutar terroristas. Al principio se comprometió a acoger a dos presos -el segundo de los cuales llegó el martes-, pero hace poco amplió su oferta a cinco, cuando se vio con claridad que iba a ser necesaria más ayuda para dar alojamiento a prisioneros de la base. Es de elogiar que España ofrezca más ayuda, porque lo hace cuando parte del Congreso estadounidense se ha negado rotundamente a aceptar a ningún preso en su territorio.

Que España sea uno de los primeros países en actuar es también fundamental para incorporar a otros, sobre todo a países europeos importantes como Alemania, a la tarea de cerrar Guantánamo. Con anterioridad, Alemania se había negado a acoger presos de la base, pero algunas informaciones conocidas el mes pasado indican que está a punto de llegar a un acuerdo para recibir a unos cuantos. Ese paso por parte de Alemania podía empujar a Francia a aceptar algún preso más aparte del que ya tiene, y luego podrían sumarse otros países, con lo que el Gobierno de Obama estaría más cerca de su objetivo de cerrar la prisión.

El Gobierno de Obama nunca ha vacilado en su compromiso de cerrar Guantánamo, incluso con toda la oposición política existente en Estados Unidos. Ahora depende más que nunca de sus aliados para poder seguir avanzando hacia ese objetivo, y España se ha mostrado siempre dispuesta a hacer lo que se pedía de ella y más. España y otros muchos países son conscientes de que, si aumentan la incitación al terrorismo y el reclutamiento de terroristas, el peligro no amenaza sólo a Estados Unidos, sino a todos nosotros. Confiemos en que el Congreso estadounidense sea capaz de aprender de esa visión inteligente y podamos, por fin, dejar este trágico episodio de la historia de Estados Unidos atrás.

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Ken Gude es director del Programa de Derechos Internacionales y Responsabilidad del Centro para el Progreso Americano. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

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