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CUMBRE DE LA UE

Europa cierra sus heridas

Los atentados del 11-M y el vuelco electoral español, claves en la reactivación del proyecto europeo

Carlos Yárnoz

Europa ha encontrado en Bruselas el camino para cerrar heridas y reactivar el atascado proyecto de construcción europea a sólo 36 días de la ampliación. La cumbre europea que concluyó ayer, una de las más fructíferas de los últimos años, ha servido para desbloquear las negociaciones de la Constitución europea, pactar un importante plan de acción contra el terrorismo y lanzar una seria advertencia para reactivar la economía de la Unión. Los líderes coinciden en que los atentados de Madrid del 11 de marzo y el vuelco electoral español, junto a la estrategia de la presidencia irlandesa, han sido claves para abrir esta nueva etapa, que se inició ayer con la fría despedida de José María Aznar del Consejo Europeo.

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"Las cosas han ido muy bien. Los debates han sido muy positivos", repetía una y otra vez el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, presidente de turno de la UE, mientras la mayoría de los líderes insistían en que el ambiente entre ellos ha cambiado profundamente y que ahora sí existe "voluntad política" -las palabras más repetidas estos días- para avanzar.

Se referían sin duda a la atonía reinante en la Unión desde que en diciembre una UE presidida entonces por el polémico primer ministro italiano, Silvio Berlusconi -"me siento más importante", respondió al ser preguntado qué sentía por la marcha de Aznar-, certificó su fracaso en el intento de pactar una Constitución para Europa. Se consumaba, así, ese mes el negro periodo que ha atravesado la UE desde las graves divisiones registradas por la guerra de Irak. En ambos casos, España y Polonia se situaron frente a los países que tradicionalmente han impulsado la UE, con Alemania y Francia a la cabeza.

El Gobierno irlandés había logrado algún avance en febrero y la primera semana de este mes con respecto al debate constitucional, pero lo ocurrido en Madrid los días 11 y 14 hizo despertar a todos. "Todos sentimos la presión que nos ha llevado a reaccionar por el bien de Europa", comentó Ahern en referencia a los atentados. La tragedia "ha hecho reflexionar a la gente", había dicho el día anterior. "Lo ocurrido demuestra que Europa debe defenderse con eficacia; Madrid ha cambiado la situación", añadía ayer el primer ministro polaco, Leszek Miller.

Periodo esperanzador

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El canciller alemán, Gerhard Schröder, aportó ayer una prueba más de que se abre un periodo esperanzador cuando anunció que, en fecha próxima, volverá a reunirse, esta vez en Londres, con el francés Jacques Chirac y el británico Tony Blair (el triunvirato tuvo su reunión más importante el 18 de febrero) para tratar cuestiones de seguridad. "A la vista de las necesidades actuales, tendremos más margen de entendimiento del que podíamos imaginar hace unos meses", declaró Schröder, quien negó toda intención de crear un directorio en Europa.

Los atentados aceleraron y ampliaron el paquete antiterrorista (más intercambio de información, designación de un coordinador europeo o aplicación de la Cláusula de Seguridad) preparado por el representante para la Política Exterior, Javier Solana, pero también influyeron en que cayeran las últimas resistencias al desbloqueo del debate constitucional procedentes de España y Polonia, como ha puesto de relieve el propio presidente de la Comisión, Romano Prodi.

El vuelco electoral español despejó cualquier duda. Los líderes europeos han sido prudentes al valorarlo, pero ya fueron elocuentes los fríos aplausos con que despidieron a Aznar, quien ni siquiera se quedó al tradicional almuerzo de fin de cumbre y sólo tuvo unas palabras de elogio para su amigo Tony Blair. O las duras y despectivas críticas que le dedicó el canciller alemán, Gerhard Schröder, en una reunión restringida el jueves por la noche, según uno de los asistentes.

En público, fueron aún más significativos los comentarios de los líderes sobre las buenas perspectivas que auguran la llegada a La Moncloa del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Chirac calificó de "muy interesantes" las declaraciones que ha hecho Zapatero sobre el proyecto europeo. "Espero que se puedan reforzar esas relaciones [de España con Francia y Alemania] y que España tenga un lugar fuerte en la construcción europea".

La despedida de Aznar y el triunfo socialista, junto al consiguiente aislamiento en el que quedó Polonia, allanó el camino para reabrir el debate constitucional que ahora se pretende cerrar en junio, "antes" de la cumbre del 17 y 18. El nuevo reparto de poder se pactará sobre el sistema de doble mayoría de Estados y población que siempre rechazó Aznar, como volvió a hacerlo ayer, pero que asumen los socialistas españoles. No será un camino de rosas. Blair advirtió ayer que las políticas británicas en fiscalidad, asuntos exteriores o judicial no pueden tratarse "de forma contraria a la voluntad del pueblo británico". Es decir, que no está dispuesto a ceder su derecho al veto en esos terrenos. Miller, que anunció ayer su dimisión tras la fractura de su partido socialdemócrata, se resignó con este comentario: "La palabra compromiso es la opuesta a capitulación".

Cada cual defiende su interés nacional, pero con una diferencia ahora: todos se han comprometido a pactar la Carta Magna, y cuanto antes, para que el funcionamiento de la UE sea "más eficaz, más transparente y más democrático", como saludó ayer Valéry Giscard d'Estaing, presidente de la Convención que redactó el proyecto. Según afirman los líderes en las conclusiones de la cumbre, se trata de pactar un Tratado Constitucional "como medio de que la Unión esté mejor pertrechada para responder a las demandas de sus ciudadanos y para desempeñar un papel más eficaz en el mundo". Ése es el objetivo. Hasta ayer, inviable; desde ayer, factible.

El alto representante para la Política Exterior, Javier Solana (izquierda), y el canciller alemán, Gerhard Schröder, ayer en Bruselas.
El alto representante para la Política Exterior, Javier Solana (izquierda), y el canciller alemán, Gerhard Schröder, ayer en Bruselas.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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