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Europa favorece a Irlanda para salvar el referéndum sobre el Tratado de Lisboa

La UE puede hundirse en otra crisis si los irlandeses se inclinan por el 'no'

Andreu Missé

El referéndum sobre el Tratado de Lisboa convocado por el Gobierno de Dublín para el 12 de junio está produciendo importantes réditos a los irlandeses. La UE ha paralizado todas las medidas que puedan disgustar al electorado irlandés y adoptado otras que están resultando rentables especialmente para los empresarios y el lobby ganadero. Este trato de favor incluye el aplazamiento de la armonización fiscal, endurecimiento de las trabas a las exportaciones de carne de sus competidores de Brasil, aplazamiento del debate de la reforma presupuestaria y retraso del informe sobre los símbolos de Europa.

Bruselas paraliza una reforma fiscal y la importación de carne de Brasil

Irlanda es el único de los 27 Estados que debe ratificar el nuevo tratado a través de referéndum. En la última encuesta los partidarios del cayeron hasta el 35%, ocho puntos menos que en la anterior, mientras que el frente de rechazo aumentó hasta el 31%, siete puntos más que antes. Si Irlanda rechaza el Tratado de Lisboa, hundirá a la UE en una nueva crisis institucional, como ya hizo en 2001, cuando se opuso al Tratado de Niza. Tratado que los irlandeses aprobaron al año siguiente, tras obtener garantías de que se respetaría su neutralidad.

Si el próximo mes, Irlanda no aprueba el Tratado, tendrá efectos catastróficos para la UE. El Tratado de Lisboa fue la solución para desatascar la crisis institucional tras los noes de Francia y Holanda a la Constitución Europea en 2005. El Tratado, que recoge sustancialmente los principios de la Constitución, que debería entrar en vigor en enero de 2009, ha sido ratificado por 11 países, (Hungría, Malta, Eslovenia, Rumania, Francia, Bulgaria, Polonia, Eslovaquia, Portugal, Dinamarca y Austria).

Los líderes europeos son conscientes de lo que está en juego. El pasado mes, la canciller alemana, Ángela Merkel, el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, y el presidente del Parlamento, Hans Gert-Pöttering, se desplazaron a Dublín para respaldar a los europeístas.

Barroso ha dado instrucciones para retrasar el debate sobre la reforma del presupuesto comunitario, ampliando el periodo de consultas hasta el 15 de junio. La reforma pretende reducir las ayudas agrícolas, (40% del presupuesto), que benefician especialmente a Irlanda. También ha dado garantías a los empresarios de que el Tratado no significará la armonización del impuesto de sociedades. Irlanda aplica un tipo del 12,5% a los beneficios empresariales, lo que constituye uno de sus atractivos para captar inversiones. Sus competidores aplican tipos mucho más altos; Reino Unido, (30%); Francia, (34,3%); Alemania, (38,9%) o EE UU (39,5%).

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La Comisión ha dado instrucciones a los funcionarios de Sanidad para "no molestar a los ganaderos irlandeses". También se ha dado una vuelta de tuerca a las restricciones a las exportaciones de Brasil. Otras fuentes comunitarias aseguran que "se trata sobre todo de proteger la producción europea, especialmente la de Irlanda, uno de los principales exportadores al resto de Europa".

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