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Fernández lanza un plan social para anular la huelga agraria

La presidenta argentina promete inversiones en escuelas, hospitales y carreteras en beneficio de los agricultores

Jorge Marirrodriga

Con todas las cadenas de televisión retransmitiendo en directo su discurso, rodeada de todo su Gabinete y la mayor parte de los gobernadores del país, con las madres y abuelas de la Plaza de Mayo en primera fila, los líderes sindicales y piqueteros oficialistas un poco más atrás y un millar de invitados en la Casa Rosada, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, ha anunciado un plan político destinado a desactivar la huelga del campo, un conflicto que ya dura 90 días y que ha ensombrecido sus primeros 100 días de mandato.

La dirigente aseguró que el dinero procedente del polémico impuesto a las exportaciones de grano, detonante de la huelga, será destinado a sufragar un ambicioso plan de "reconstrucción social".

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"Redistribución"

Nuevos hospitales, colegios y carreteras en zonas rurales -precisamente donde se desarrolla el mayor desafío al Gobierno de los Kirchner desde 2003- serán las estrellas del nuevo plan. Gobernadores y alcaldes serán los encargados de administrar dichos fondos. Así, Fernández, por un lado, otorga un destino concreto al dinero tras llevar meses hablando de "redistribución de la riqueza" y, por otro, trata de desactivar la crítica por el excesivo centralismo de su Administración.

Aunque en sus palabras la mandataria no concretó cuántos nuevos centros se construirán ni habló de plazos, todos los sectores implicados en el conflicto no han tenido más remedio que dar por bueno el destino del dinero. Al fin y al cabo, es necesaria una urgente inyección de fondos en salud, educación e infraestructuras.

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Conforme han fracasado las diversas medidas adoptadas por el peronismo para romper la huelga, que en al menos dos ocasiones han sido de carácter violento, el discurso ha ido variando hasta desembocar en el plan concreto anunciado por Fernández, del que ningún sector del Gobierno hablaba hace apenas una semana. En las palabras de la presidenta ha cambiado también la justificación del polémico aumento de las retenciones a las exportaciones de grano, de hasta el 46% del ingreso. Fernández asegura que se trata de "defender la soberanía alimentaria de los argentinos", ya que la soja -producto que está haciendo entrar en las arcas argentinas miles de millones de euros- es vista por el Ejecutivo como una amenaza para los cultivos nacionales.

Entre los convocados a la Casa Rosada estaban los principales empresarios del país, que sin hacer declaraciones abandonaron la sala en cuanto la presidenta terminó su intervención. Mientras, los miembros del Gobierno y líderes piqueteros oficialistas alabaron a Fernández. Por primera vez desde que se inició la crisis, el ex presidente Néstor Kirchner estuvo ausente tanto de las imágenes como de las palabras de la presidenta. Al marido de Fernández se le atribuye la apuesta por la línea dura que el Ejecutivo ha mantenido desde el inicio de la huelga y que ayer varió sensiblemente incluso en las formas. "Si alguien se sintió ofendido por una palabra o un gesto le pido perdón", subrayó la presidenta, quien hizo además un llamamiento "a todos" a trabajar "en paz".

Los productores agrarios consideran que el Gobierno no se ha movido ni un centímetro de la postura adoptada el pasado 10 de marzo. Pero los representantes de las cuatro entidades convocantes de la huelga mantienen a sus afiliados a los lados de las carreteras sin bloquearlas.

Cristina Fernández, durante la presentación del plan el lunes.
Cristina Fernández, durante la presentación del plan el lunes.AP

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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