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Reportaje:

Fiebre nacionalista en Polonia

Los polacos reviven dentro de la UE sus conflictivas relaciones con Alemania y Rusia bajo el mandato de los gemelos Kaczynski

La Polonia de los gemelos Kaczynski (Lech, presidente, y Jaroslaw, primer ministro), acuciada por la reforma de una Constitución europea que no le convence y por una conflictiva relación con Alemania, a la que le cuesta resignarse, y con Rusia, a la que sigue viendo como inevitable enemigo, vuelve a entregarse al fervor nacionalista. Una revista publica en portada un fotomontaje de la canciller alemana, Angela Merkel, convertida en Hitler, justo al año de que un ministro hablara de una reedición del pacto Mólotov-Von Ribbentrop de 1939 -por el que Berlín y Moscú firmaron un acuerdo de no agresión antes de la invasión de Polonia- y en vísperas de la llegada a Varsovia de la canciller para exponer sus ideas ante el tratado constitucional de la UE.

Un semanario 'ultra' publica un fotomontaje de Merkel con bigote nazi y camisa parda

El retrato de Merkel con el bigote nazi y camisa parda, en la que la cruz gamada es sustituida por una bandera de la UE, acompaña al titular 'El fascismo de la UE, a la ofensiva' en la revista Najwyzszy Czas! (¡Ahora o nunca!), órgano de la Unión para una Política de Verdad, grupo de extrema derecha y anticomunitario. "No hay que descartar que la Unión Europea llegue a suscitar la idea de la 'nación europea' (como cuando con Stalin; después se habló de la 'nación soviética'). Algunos eurócratas ya usan ese término", escribe en el artículo de fondo Janusz Korwin-Mikke, líder del partido y personaje aún más subido de tono que el viceprimer ministro, Roman Giertych, que acaba de pedir que la UE ilegalice el aborto y ponga coto "a la propaganda homosexual".

La Polonia de los gemelos Kazcynski no termina de encontrar el tono a su relación con Alemania. Ni lo busca con Rusia. Hace ahora un año, el recién dimitido ministro de Defensa, Radek Sikorski, equiparó el plan germano-ruso de construir un gasoducto por el Báltico entre ambos países con el acuerdo Mólotov-Von Ribbentrop para repartirse Polonia.

Merkel visitará Varsovia el 16 de marzo para hablar de la Constitución europea. La ministra de Exteriores polaca, Anna Fotyga, en línea con quienes combaten la idea de nación europea, ya ha adelantado que se debería ir a una cuasifederación europea en la que la nación-Estado quede perfectamente definida. También recela Varsovia de la dilución del poder de veto. "Tenemos dificultades para aceptar un sistema de voto que limite la capacidad de tomar decisiones por consenso", advierte Fotyga.

La histórica desconfianza de Polonia ante Alemania, superada ya por la población, según los sondeos, pero no por los Kaczynski, se acentúa a ojos del Gobierno cuando los gemelos ven hacer piña a Berlín y a Moscú ante los planes de Washington de instalar en Polonia y en la República Checa un paraguas contra misiles nucleares estratégicos, potencialmente lanzados desde Corea del Norte e Irán. Rusia considera esa instalación como una amenaza y Alemania mantiene que tal sistema debería ser discutido en el seno de la OTAN y con Moscú presente. Eso no lo admiten ni Washington ni Varsovia.

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Frente a las tensiones exteriores, los hermanos Kaczynski pueden encontrar consuelo con el nombramiento de Kaziomierz Nycz, de 57 años, como nuevo arzobispo de Varsovia en sustitución del malhadado Stanislaw Wielgus, quien dimitió del cargo el 7 de enero, entre acusaciones de haber espiado para el régimen comunista.

Portada del número de marzo de la revista polaca <i>Najwyzszy Czas.</i>
Portada del número de marzo de la revista polaca Najwyzszy Czas.EFE

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