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Intervención aliada en Libia

Francia destruye un avión de Gadafi que violó la zona de exclusión aérea en Misrata

Francia asegura que la coalición destruirá las defensas de Gadafi "en días o semanas".-El régimen denuncia la muerte de civiles en los ataques aéreos sobre Trípoli.- La OTAN ejecuta el embargo naval

Los aviones de la coalición internacional han bombardeado por segundo día consecutivo la artillería desplegada por las fuerzas leales a Muamar el Gadafi en los alrededores de Misrata, la tercera ciudad de Libia y única del oeste del país en poder de los insurgentes. Las bombas aliadas han destruido varios tanques pero no han logrado frenar la incursión de otros blindados en el centro de la ciudad, que resiste un asedio de semanas, según testigos citados por Reuters. "Los tanques del Gobierno están estrechando el cerco sobre el hospital de Misrata y están disparando en la zona", ha relatado un médico local en conversación telefónica con la agencia británica.

Un portavoz del Africom de EE UU ha informado de que esta pasada noche se han disparado 14 misiles Tomahawk sobre objetivos de Gadafi. Desde que se estableció la zona de exclusión aérea, la semana pasada, se han lanzado más de 175 Tomahawks en Libia para acabar con las defensas aéreas del dictador.

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Asimismo, un oficial de las fuerzas armadas francesas ha confirmado hoy que aviones de combate de ese país dispararon un misil aire-tierra contra un avión militar del régimen después de que aterrizara en el aeropuerto militar de Misrata, tras violar la zona de exclusión aérea. Previamente, la cadena estadounidense ABC News, había informado de que cazas franceses habían derribado una aeronave monomotor conocida como Galeb.

El portavoz ha dicho que cazas Rafale -que actúan con el resto de fuerzas de la coalición para hacer cumplir la resolución de la ONU-, avistaron el avión libio que estaba desafíando la orden de prohibición de vuelos. "La patrulla francesa destruyó el aparato con un misil AASM aire-tierra poco después de que aterrizara en la base aérea de Misrata", ha dicho el portavoz que leyó un comunicado.

Misrata se ha convertido en las últimas horas en el centro de atención de la operación. Las unidades militares del dictador libio se han hecho fuertes en el interior de esta ciudad de 300.000 habitantes con la ayuda de francotiradores que disparan contra todo lo que se mueve desde puntos elevados de la urbe. Esta pasada noche los tanques han vuelto a la ciudad aprovechando la cobertura que les ha dado la oscuridad y han disparado sus obuses contra una zona próxima al principal hospital, según el relato de testigos y rebeldes. Además, los francotiradores siguen sembrando el pánico entre la población. Un portavoz rebelde ha asegurado que 16 personas han muerto víctimas de los disparos de precisión de los hombres de Gadafi.

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Anoche, las tropas del dictador se hicieron con el control del puerto de Misrata, bloqueando la salida de miles de trabajadores africanos, la mayoría de ellos egipcios, que buscan huir de los combates en barco. "Tenemos una crisis humanitaria en el puerto. Hay más de 6.000 trabajadores egipcios, junto a otros empleados de otras nacionalidades africanas", ha explicado un miliciano rebelde. "Desde ayer el puerto está en manos del Ejército de Gadafi. Han mandado allí dos barcos de guerra y varias fragatas y ahora nos acosan también desde el mar", ha añadido.

Trípoli, de nuevo bombardeada

Por quinta noche consecutiva, los aviones aliados han vuelto a bombardear Trípoli pero no han logrado frenar la ofensiva del dictador contra los bastiones de los sublevados. Una fuerte explosión se ha escuchado a primera hora de este jueves en la capital libia y una densa columna de humo ha salido poco después de una zona donde se ubica una base militar.

El Gobierno libio niega que esté incrementando su ofensiva sobre las ciudades alzadas y asegura que sus tropas únicamente se defienden de los ataques aliados. Pero un residente en Zintan, 140 kilómetros al suroeste de Trípoli, asegura que las fuerzas de Gadafi se están reagrupando en los alrededores de este enclave para atacarlo con el respaldo de una treintena de tanques y vehículos blindados. Aunque hoy la situación es de relativa calma, al menos ocho guerrilleros rebeldes han muerto en los choques ocurridos en esa ciudad durante los últimos días, según el relato de un periodista suizo que permanece en el lugar.

Los cazas aliados no han acudido por el momento en auxilio de la población de Zintan. Donde sí han atacado las potencias occidentales es en Ajdabiya, con intención de inclinar la balanza del lado rebelde. Pero el control de la ciudad sigue bajo disputa. Los insurrectos combaten para recuperar ese estratégico enclave situado en medio del desierto y muy cerca de Bengasi. Llevan tres días intentándolo sin éxito.

Acabar con las defensas del régimen "en semanas"

Alain Juppé, ministro francés de Asuntos Exteriores, ha intentado despejar este jueves las incertidumbres que siguen rodeando a la intervención militar aliada en Libia, carente de una estrategia y mando claros. El ministro francés, cuyo país lidera junto a Reino Unido y Estados Unidos la ofensiva militar contra Gadafi, ha asegurado que los ataques "van a continuar el tiempo necesario para neutralizar" las defensas del dictador, algo que ha vaticinado que ocurrirá "en días o semanas" pero en ningún caso "en meses". Según la evaluación ofrecida por Juppé, el potencial militar de Gadafi "ha sido ampliamente destruido" aunque "dispone de medios en tierra" que está empleando a conciencia en ciudades como Misrata y Adjabiya.

El jefe de la diplomacia francesa ha hecho un balance optimista de los cinco días de bombardeos en una entrevista a la radio RTL. "Hemos salvado Bengasi", ha resumido Juppé al recordar que los ataques aéreos sobre posiciones del régimen han permitido poner a salvo del acoso del dictador a la capital rebelde, clave para que la zona liberada no sea fagocitada por los leales a Gadafi. "Hemos permitido restablecer el equilibrio" entre ambos bandos, ha dicho. Sin la intervención militar internacional el líder libio "hubiera masacrado a sus oponentes en Bengasi", ha advertido.

Juppé ha insistido en que la caída del líder libio no figura en la resolución 1973 de Naciones Unidas, pero ha opinado que después de la represión ejercida por el régimen sus días están contados. En cualquier caso, ha dicho, son los libios los que deben decidir. "Los objetivos son extremadamente claros: proteger a la población civil y también poner en situación de tomar ventaja a los oponentes de Gadafi que luchan por la libertad y la democracia". "El proceso que está teniendo lugar en el mundo árabe es irreversible. Las aspiraciones de la gente tienen que ser tenidas en cuenta en todas partes, incluido Arabia Saudí", ha dicho.

En este contexto, ha avanzado que Nicolas Sarkozy aprovechará el Consejo Europeo de hoy en Bruselas para empezar a "reunir las condiciones de un diálogo nacional" en el que participe el Consejo Nacional Transitorio libio (CNT) pero también otros grupos.

Sobre el papel de la OTAN, que Francia reclama que sea secundario y con un perfil técnico y no político, Juppé ha dicho que se discutirá en una reunión el martes en Londres de los ministros de Exteriores de la coalición internacional junto a representantes de la Liga Árabe y la Unión Africana. Esa cita servirá para perfilar la idea franco-británica de crear un directorio civil por encima de la OTAN para dar impulso político a la campaña libia e instrucciones a la Alianza. En cuanto a la planificación y la dirección de las operaciones, el ministro francés ha recordado que en un principio corrió a cargo de los estadounidenses. "Ahora pensamos que la OTAN (...) puede tener ese papel".

El ministro de Sarkozy también ha salido al paso de las acusaciones del régimen sobre las bajas civiles que presuntamente habrían dejado los bombardeos aliados. Juppé se ha remitido a los informes de los militares franceses que "nos dicen lo contrario". Horas antes, el jefe estadounidense de la misión libia, Gerard Hueber, también ha rechazado las denuncias libias al asegurar de que no hay informes contrastados que atestigüen la existencia de muertos civiles. Las autoridades libias han llevado a los periodistas occidentales presentes en Trípoli a un hospital donde les han enseñado una veintena de cuerpos sin vida de civiles que según ellos habrían dejado los ataques de la coalición en las últimas horas.

Embargo naval

Esta tarde, el Parlamento turco ha aprobado la decisión del Gobierno de participar en la operación naval de la OTAN para imponer el embargo de armas sobre Libia aprobado por la ONU, según ha informado la televisión local. Turquía ha accedido a enviar cuatro fragatas, un submarino y un barco de apoyo a la operación naval.

La OTAN se ha comprometido hoy a hacer cumplir con firmeza el embargo de armas en Libia, con el empleo de la fuerza en los casos que sea necesario, al tiempo que ha confiado en que la nueva misión aliada cuente con la incorporación de nuevos países, entre ellos España, que aporten más buques, aeronaves y submarinos. "Garantizaremos la libre circulación de buques legítimos que necesita el pueblo de Libia", ha explicado el jefe del Comando Aliado Marítimo, el almirante italiano Rinaldo Veri, en una rueda de prensa en el Cuartel General de la OTAN para el Mediterráneo en Nápoles (Italia).

Veri ha indicado que la fuerza aliada ya tiene sus buques desplegados en su zona de responsabilidad y ayer comenzó sus operaciones, sin que, por el momento, se haya detectado ningún intento de romper el embargo. El objetivo del embargo es interceptar armas y mercenarios armados que se dirijan a las costas libias.

Rebeldes libios avanzan subidos a un coche, cerca de la carretera que une Bengasi y Ajdabiya.
Rebeldes libios avanzan subidos a un coche, cerca de la carretera que une Bengasi y Ajdabiya.GORAN TOMASEVIC (REUTERS)

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