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GUERRA EN YUGOSLAVIA Los refugiados

Una organización humanitaria divulga los primeros casos de mujeres violadas

Ramón Lobo

La historia se repite. Tras cinco semanas de bombardeos y una campaña de limpieza étnica por parte de las fuerzas serbias, comienzan a emerger los primeros casos de violación de mujeres. La organización estadounidense Human Rights Watch (HRW), una de las más prestigiosas en el campo de la defensa de los derechos humanos, ha contactado con un grupo de mujeres que han cruzado en los últimos días la frontera de Morina, al norte de Albania, que fueron forzadas sexualmente por policías y paramilitares serbios.

Joanne Mariner, de HRW, asegura que, según estos testimonios, las mujeres fueron separadas de sus maridos y compañeros y llevadas a casas vacías, desde donde las trasladaron posteriormente de una en una para ser violadas por hombres de uniforme. Hasta la fecha se habían producido noticias aisladas de violaciones, muy difíciles de confirmar debido al estado de choque emocional de las víctimas. En cambio, ahora, HRW habla de un grupo concreto que corrió la misma suerte.

En Bosnia, la violación de mujeres -cuya cifra superó las 4.000-, fue una herramienta de guerra. Además de la terrible humillación sufrida, se forzó a esas mujeres a elegir entre el aborto o tener un hijo serbio no deseado.

La campaña de limpieza étnica llevada a cabo en Kosovo por las fuerzas de seguridad serbias repite paso a paso la llevaba a cabo en Bosnia-Herzegovina. Ninguna de las denuncias realizadas en los últimos días por los kosovares expulsados de sus casas resulta una novedad en los Balcanes.

Por otra parte, fuentes diplomáticas españolas informaron ayer de que los 100 ciudadanos de Kosovo recolocados en campamentos en Albania no van a ser trasladados a España y deberán permanecer en tierras albanesas. La oposición del Gobierno de Tirana a permitir su salida del país ha obligado a cancelar la operación prevista.

Petición de tierras

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En Macedonia, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha pedido al Gobierno macedonio la cesión de las tierras necesarias para levantar nuevos campamentos en los que instalar al flujo imparable de deportados albanokosovares que cada día cruzan la frontera con Macedonia, informa desde Skopje . Sólo ayer, cerca de 6.500 personas esperaban ansiosas el momento de abandonar Yugoslavia. De ellas, más de 1.500 lo consiguieron. "Estaremos al borde de una catástrofe si no nos permiten construir", dijo ayer la portavoz de ACNUR, Paula Ghedini. Frente a sus demandas, el ministro del Interior, Pavle Trajanov, contestó que era "totalmente irresponsable" por parte del ACNUR pedir nuevos campos de refugiados sin tener en cuenta la ingente cantidad de deportados que su país ha acogido hasta el momento. Según cifras facilitadas por el ministerio del Interior, más de 188.000 albanokosovares habrían sido registrados en la República de Macedonia.

Todas las personas que llegaron ayer fueron conducidas al todavía en construcción campo de Cegrane, cercano a la ciudad de Tetovo (70 kilómetros al oeste de Skopje). Pero "a este ritmo, Cegrane estará lleno antes de que esté finalizado", aseguró Ghedini. En cifras, esto supondría entre 10.000 y 15.000 refugiados.

Mientras tanto, la solidaridad entre quienes arrastran la tragedia era ayer visible. Del campo de tránsito de Blace habían desaparecido las bolsas de plástico sobre las que cientos de personas durmieron las noches anteriores a la intemperie. Nadie carecía de cobijo. Bajo las tiendas de campaña, donde antes cabían 10 familias ayer se agolpaban 30.

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