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Reagan espera que la 'cumbre' de Ginebra disipe la desconfianza con la URSS

Francisco G. Basterra

Ronald Reagan se dirigió anoche al país por televisión (madrugada del viernes en España) para manifestar su esperanza de que la cumbre de Ginebra, en la que se reunirá con Mijail Gorbachov y para la que sólo quedan tres días, sirva para disipar la desconfianza existente entre las dos superpotencias y para establecer un nuevo diálogo con la URSS, congelado en la práctica tras la invasión de Afganistán en 1979.

Sin embargo, los asesores presidenciales descartan que se consiga un acuerdo de reducción de armas nucleares en la reunión e incluso consideran "improbable" que los dos líderes establezcan unos principios generales para hacer avanzar las negociaciones en el futuro."El mundo no se acaba en noviembre", advirtió ayer el secretario de Estado, George Shultz, continuando con la política de reducir las expectativas iniciada por Washington hace más de una semana. Reagan se expresará ante Gorbachov de una forma "firme, pero razonable", explicó Shultz. El estado de ánimo del presidente ante la primera reunión al máximo nivel entre EE UU y la URSS desde 1979 es de "calma y excitación", explicó un alto funcionario.

El presidente insistió, en su alocución televisada, en la importancia de aumentar los intercambios humanos entre EE UU y la URSS como la mejor forma de reducir las tensiones y explicó que es muy posible la consecución de un acuerdo en este sentido en la cumbre. Reagan ofreció al pueblo estadounidense una perspectiva histórica de las relaciones entre las dos superpotencias y explicó cuáles son sus esperanzas con vistas a su encuentro con Gorbachov.

La preparación de la cumbre ya ha concluido y se, ha iniciado la cuenta atrás en un ambiente de gestos de propaganda por ambas partes y un rosario de especulaciones sobre posibles acuerdos. Shultz resumió ayer ante la Prensa el espíritu de prudente realismo y escasas expectativas que precede a la reunión del presidente de más edad (74 años) de la historia de EE UU y Gorbachov, el líder soviético más joven desde Stalin (54 años). "Habrá, probablemente, acuerdos en materias de cierto significado, pero no cabe esperar nada muy importante. El objetivo principal es el intercambio a fondo de puntos de vista entre los líderes de estos dos grandes países. Esperamos que esto suponga el principio de un proceso que tenga continuidad", afirmó Shultz.

La Administración norteamericana entiende que la cumbre tendrá éxito si las ocho horas de conversaciones entre los dos líderes, más las otras cuatro de encuentros sociales, sirven para "dar un nuevo ímpetu a las negociaciones de Ginebra".

El secretario de Estado afirmó, en conferencia de prensa, que no se ha negociado nada previamente que permita alcanzar un acuerdo sobre la limitación de los arsenales nucleares. Los acuerdos más probables de la cumbre supondrían el aumento de los intercambios culturales y científicos, la apertura de nuevos consulados y la reanudación de vuelos comerciales entre los dos países.

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