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Elecciones en Perú

García propone un Gobierno de unidad tras su victoria electoral en Perú

El presidente electo promete a sus seguidores que esta vez no tolerará la corrupción

Jorge Marirrodriga

Consciente de que la política raramente da segundas oportunidades, y de que su victoria no ha sido tan amplia como esperaba (siete puntos le separan de su rival, Ollanta Humala), el presidente electo de Perú, el socialdemócrata Alan García, propuso en la noche del domingo (madrugada de ayer en España) un Gobierno de concertación nacional y advirtió en público a los militantes de su propia formación, el Partido Aprista Peruano (PAP), que la acción de gobernar Perú no será "un reparto del botín". Tampoco olvidó lanzar algunos dardos al presidente venezolano, Hugo Chávez.

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Aunque los resultados definitivos tardarán varios días en conocerse debido a las dificultades para computar los votos en algunas zonas remotas del país, anoche, con el 91% de los votos escrutados, Alan García obtenía el 53,52% de los sufragios, mientras que su rival, el ex militar nacionalista Ollanta Humala, líder de la Unión por el Perú (UPP) recogía el 46,47%. "Este voto refleja la necesidad de integración económica y, a la vez, una reclamación de los que menos tienen en la zona andina del sur. Estos dos mensajes se pueden conciliar", subrayó el líder del PAP ante cientos de seguidores que lo aclamaban.

Y es que los resultados del domingo arrojan una importante sombra sobre la victoria del candidato socialista. Los datos muestran que Perú está fuertemente dividido incluso físicamente. De los 25 departamentos que conforman el país, el líder del PAP se impuso en apenas diez, concentrados además a lo largo de la costa -a excepción de los departamentos interiores de Pasco y Ucayali- y en la capital, auténtica reserva de votos que constituye más del 30% del censo electoral. En el interior, y sobre todo en el sur de Perú, el nacionalista Humala barrió prácticamente a su rival.

"La obligación del nuevo Gobierno es hacer que se encuentren esos dos países", subrayó ayer la conservadora Lourdes Flores, la mujer que hace apenas unos meses figuraba en las encuestas como la gran favorita para alzarse con la victoria y que el pasado abril, por escasas décimas, no consiguió pasar a la segunda vuelta. En cualquier caso, Flores ha estado muy presente en estos comicios, ya que ha sido el trasvase en masa de su caudal de votantes en la capital peruana lo que ha permitido a García llegar hasta el Palacio presidencial. "García ha ganado con votos prestados y esperemos que ahora sepa devolver ese préstamo en medidas que beneficien al pueblo peruano", destacó el congresista nacionalista Isaac Meckler.

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En esta línea va la oferta hecha por García de formar un Gobierno de concertación nacional, oferta que ya ha sido declinada por algunas importantes figuras, como el ex presidente y candidato presidencial Valentín Paniagua, quien ha anunciado su regreso a la docencia universitaria. La propuesta no responde, al menos únicamente, a la generosidad del vencedor. La UPP constituye la primera fuerza en el Congreso, aunque lejos de la mayoría, lo que coloca a Humala en una buena situación para ejercer con fuerza la oposición. Por lo pronto, el ex militar ha propuesto la creación de "un frente nacionalista, democrático y popular en todos los distritos, provincias y departamentos del país para lograr el cambio que Perú necesita".

Además de conciliador, el presidente electo ha dedicado sus primeras palabras a subrayar que no tolerará la corrupción durante este mandato. Y así se lo hizo saber a sus propios seguidores quienes, algo desconcertados porque estaban celebrando la victoria, escucharon al líder de PAP abroncar y advertir a quienes se han acercado al partido a última hora que "el Estado no se convertirá en un botín". Para volver a calentar el ambiente, García arremetió contra Chávez y subrayó que con su victoria se había derrotado "al modelo militarista y retrógrado que Chávez intenta implantar en Suramérica".

Humala no logró ocultar su decepción, negándose primero a reconocer la derrota cuando las proyecciones de los resultados oficiales apuntaban claramente a que había perdido los comicios. Únicamente concedió el triunfo a García con el 77% de los votos escrutados en el recuento oficial, y exigió a la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) -a quien había cuestionado en días anteriores- que terminara rápidamente el recuento.

Además de en la capital, Humala fue ampliamente derrotado en la circunscripción extranjera, incluida Venezuela, donde su rival socialista se alzó con más del 60% de los votos.

A pesar de su fama -ganada durante su anterior Gobierno- de mal gestor económico, los mercados peruanos reaccionaron ayer con satisfacción a la victoria de García, y así desde la apertura del mercado se produjo una fuerte subida en la Bolsa a la vez que la moneda nacional, el sol, se apreciaba respecto al dólar. Lejos del triunfalismo de su anterior llegada al Palacio de Pizarro, García ha querido dar muestras de realismo económico desde el primer momento: "Nos amenaza el déficit. La situación es difícil".

Alan García saluda a sus seguidores en Lima tras conocerse las proyecciones que apuntaban a su triunfo.
Alan García saluda a sus seguidores en Lima tras conocerse las proyecciones que apuntaban a su triunfo.REUTERS

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

-Los resultados reflejan un país dividido. Alan García ganó en los departamentos costeros y en Lima, mientras Ollanta Humala barrió en el sur y en el interior

-El Partido Aprista deberá llegar a pactos políticos. La Unión por el Perú, de Humala, constituye la primera fuerza en el Congreso, aunque lejos de la mayoría

-El presidente electo indicó que con su victoria se había derrotado "al modelo militarista y retrógado que Hugo Chávez intenta implantar en Suramérica"

-El mandatario venezolano, que amenazó con romper relaciones con Perú si ganaba Alan García, sufre un revés que le obliga a redefinir su estrategia en la región

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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