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Ofensiva terrorista

Generales críticos con la guerra

Los generales franceses informaron este invierno a sus superiores de que "esta guerra en Afganistán no puede ganarse". Se trataba de un documento interno en el que se criticaba el compromiso político que embarca al Ejército "en una guerra de guerrillas". En su día, los socialistas, verdes y comunistas criticaron la prolongación de la presencia en Afganistán, "pues sus objetivos inasequibles son los de la guerra preventiva deseada por George W. Bush". Para el socialista François Hollande, ya entonces "Francia se equivocaba al empantanarse en el engranaje de Afganistán".

El debate en la Asamblea Nacional, con Nicolas Sarkozy disfrutando de una amplia mayoría, no puso en ningún aprieto al Gobierno, pero los argumentos de entonces (abril) expuestos hoy aparecen bajo otra luz.

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Para el Instituto Francés de Análisis Estratégico (IFAS), las tropas francesas en Afganistán "no participan en el restablecimiento de la paz o en la construcción de un Estado nuevo, sino en un enfrentamiento de guerrilla contra guerrilla". Y para el citado instituto, "la victoria no pasa por reforzar el número de soldados, pues las tropas soviéticas desplegaron decenas de miles y nunca lograron controlar el país". La falta de perspectiva política de las tropas de la OTAN es criticada al tiempo que se pone de relieve "la incapacidad del Gobierno de Hamid Karzai" y el inconveniente que significa "la progresiva desestabilización del vecino paquistaní".

Los generales franceses se preguntaban "quiénes son nuestros aliados sobre el terreno", desmarcándose de unos estadounidenses que se niegan a hacer ninguna diferencia entre los distintos grupos de talibanes. "El factor tiempo va siempre en contra del ocupante y siempre a favor de quien piensa quedarse", dice el IFAS. Y constata, como lo hicieron los generales franceses, que "el alimento de la guerra es el tráfico de opio", y que, sin una nueva estrategia, Afganistán será de nuevo un Estado fallido.

Hervé Morin, el ministro de Defensa francés, que ayer embarcó para Kabul donde hoy se reencontrará con el presidente Sarkozy, pretendía ayer explicar las bajas "porque la presión contra los insurgentes es más y más eficaz y eso endurece su reacción". No era ésa la valoración hecha por los militares, que se limitaron a explicar que la encerrona se había producido en un paso entre montañas y el tiroteo se había prolongado durante horas. De los 700 soldados suplementarios enviados por Francia, 300 tienen como misión formar los oficiales afganos y otros 200 trabajan como pilotos o expertos en la base aérea de Kandahar.

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