El Gobierno francés desautoriza a la ONG acusada de tráfico de menores
Detenido en Chad otro piloto, de nacionalidad belga
Rama Yade, secretaria de Estado francesa de Derechos Humanos, afirmó ayer que París "está completamente de acuerdo con el presidente chadiano, Idriss Deby, en decir que esa operación nunca hubiera debido intentarse". Yade se refería a la tentativa protagonizada por el grupo de franceses de la ONG El Arca de Zoé para sacar de Chad a 103 niños, supuestamente huérfanos y en peligro.
El Ministerio de Exteriores ha creado un grupo de crisis para seguir el caso de los franceses detenidos. Rama Yade está al frente de ese comité, encargado de conocer la situación jurídica de los detenidos y la física y psicológica de los niños que iban a ser embarcados con destino a Francia.
La embajadora gala en Sudán, Christine Robinchon, ha confirmado que "tanto las autoridades judiciales francesas como las chadianas se ocuparán de que los implicados en ese embrollo sean juzgados". El punto de vista del embajador en Chad, Bruno Foucher, no es distinto: "La operación es ilegal".
Mientras, en París, la vicepresidenta de Codof (Colectivo de Familias de Ayuda a los Huérfanos de Darfur), Maryse Cales, aseguraba: "Nuestro equipo tiene todos los documentos. Papeles firmados y sellados por los jefes de Darfur". "Sólo queríamos salvar a los niños de una muerte cierta. El Gobierno francés estaba al corriente", añadía. Que estuviera al corriente no significa que lo aprobase. "El 27 de agosto ya advertimos de que había varias razones para pensar que la operación era irresponsable y deshonesta", afirmaba la ONG Francia Tierra de Asilo.
Las autoridades chadianas han detenido a otro piloto, el belga Jacques Wilmart, que trasladó a los menores desde la frontera sudanesa hasta Abéché, donde permanecen ahora los niños en un orfanato. Según el piloto, los niños que había transportado "estaban en muy mal estado físico". El delegado de Unicef en Darfur aseguraba que "no tienen ningún problema de salud".