_
_
_
_
_
Crisis en Bolivia

El Gobierno impone el estado de sitio en una región rebelde

Morales, dispuesto a negociar un sistema autonómico

El estado de sitio vigente desde la madrugada de ayer en el departamento amazónico de Pando -una de las regiones que se oponen al Gobierno de Evo Morales y escenario de la violencia que azota estos días a Bolivia- ha provocado una tensa calma en el resto del país. Mientras, el presidente boliviano, Evo Morales, se mostró dispuesto a revisar la propuesta autonómica de la nueva Constitución a fin de conseguir un acuerdo con sus opositores regionales por la "unidad del país" y tras haber obtenido la autorización de sus bases.

Faltan gasolina y bombonas de gas; los alimentos son pocos y caros
Más información
El polvorín de Evo sacude Suramérica
Los opositores a Morales anuncian que levantarán los bloqueos de carreteras
Morales acusa a la CIA de haber apoyado protestas para derrocarlo

El Gobierno central impuso en Pando, en el extremo norte del país, el estado de excepción -con toque de queda entre la medianoche y las seis de la mañana- por una dramática confrontación entre seguidores de Morales y defensores de la autonomía, con un saldo preliminar de 16 muertos y medio centenar de heridos.

Poco antes de conocerse la entrada en vigor de la ley marcial, en Cobija, la capital de Pando, la llegada de un avión militar asustó a los habitantes, que trataron de impedir que aterrizara. Tres personas, entre ellas una periodista de televisión, fueron heridas de bala. Un soldado recibió un disparo y llegó al centro médico sin vida.

La presencia militar en Cobija se limitaba ayer al interior del aeropuerto, de donde no salieron los soldados para evitar enfrentamientos con los grupos de autonomistas que rodean la zona y que, como el gobernador Leopoldo Fernández, desconocen el estado de sitio.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El resto de la ciudad se encuentra en calma, pero los habitantes están muy nerviosos ante la ola de rumores de presuntas nuevas llegadas de militares y campesinos del oficialista Movimiento Al Socialismo, que no quisieron abrir sus negocios pese al día de feria en la zona franca fronteriza con Brasil.

El Ejecutivo y el representante de las cinco regiones autonomistas, el gobernador de Tarija, Mario Cossío, acordaron retomar hoy el diálogo para pacificar Bolivia. En principio, las partes coinciden en la apremiante necesidad de pacificar el país y de establecer las bases de un diálogo en torno a un temario que incluya el texto constitucional con el que Morales quiere refundar Bolivia -con la oposición de los autonomistas- y los estatutos autonómicos impulsados, pese al rechazo del Gobierno, por los dirigentes regionales.

También está pendiente el tema del Impuesto Directo de Hidrocarburos (IDH), que el Gobierno recortó en enero en contra de los opositores.

Mientras tanto, familiares de muchos campesinos desaparecidos el viernes en Pando continuaban buscándolos en las aguas del caudaloso Tahuamanu y en la densa vegetación que rodea las poblaciones de Porvenir y Filadelfia. Según la prensa local, al menos 30 indígenas fueron atacados por hombres armados, presuntamente seguidores del gobernador de la región, cuando cruzaban un puente.

En el resto del país se vive en zozobra: casi se ha agotado la provisión de bombonas de gas, no hay combustible, las tarifas del transporte público han subido, y los alimentos son pocos y caros. Los departamentos autonomistas mantienen sus medidas de presión: cierre de carreteras, ocupación de las plantas petroleras y cierre de gasoductos en el sur boliviano, además de la ocupación de oficinas gubernamentales. En ese contexto, todos esperan expectantes la concreción del diálogo entre el Gobierno y los autonomistas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_