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Violencia en Irak

El Gobierno iraquí reconoce la muerte de más de mil civiles al mes durante 2006

Los datos de la ONU reflejan que 120 iraquíes mueren cada día víctimas de la violencia

La violencia sectaria sigue desatada en Irak. El Gobierno iraquí reconoció ayer que 12.320 civiles murieron durante el año 2006, unas mil personas cada mes, aunque sólo en diciembre fueron asesinadas 1.930. Esta cifra es tres veces y medio más alta que los civiles que murieron en enero de 2006, antes de que el atentado contra el santuario chií de Samarra desatase una oleada de violencia sectaria. Estas cifras son mucho más bajas de las que proporcionan otras instituciones -la ONU habla de 3.000 muertos al mes-; pero hasta ahora, las autoridades iraquíes no habían reconocido tantos muertos.

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Los datos del Ministerio del Interior, que todos los observadores consideran que son muy inferiores a la realidad, se refieren sólo a las víctimas civiles de la "violencia terrorista". El ministerio también informó de la muerte de 1.231 policías y de 602 soldados iraquíes. En diciembre, 112 soldados estadounidenses cayeron en combate y más de 3.000 han muerto ya desde la invasión de marzo de 2003.

Todas las estadísticas sobre el número de muertos son muy polémicas en Irak y, a causa de la pesadilla de anarquía e inseguridad en la que se encuentra inmerso el país, es casi imposible obtener cifras indiscutibles, así como separar los muertos por la violencia sectaria de aquellos provocados por la criminalidad rampante.

En cualquier caso, la policía iraquí recoge todos los días decenas de cadáveres asesinados a tiros, generalmente con signos de tortura y maniatados, en las calles de Bagdad y de otras ciudades iraquíes. Además, los atentados con coches bomba se producen casi cada día: el sábado, pocas horas después de que Sadam Husein fuese ahorcado, una serie de explosiones causaron casi 70 muertos en barrios chiíes de la capital.

Los datos del Ministerio del Interior muestran una clara progresión de los asesinatos de civiles desde el ataque de febrero en Samarra y un aumento del número de muertos desde agosto: en septiembre se produjeron 1.089; en octubre, 1.289; en noviembre, 1.850, y en diciembre, 1.930.

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Frustrado por su incapacidad para frenar la violencia sectaria, provocada muchas veces por milicias de los partidos que están en el poder, el Gobierno se ha negado durante meses a proporcionar cifras de muertos y prohibió a sus funcionarios que las hiciesen públicas. El Ejecutivo iraquí también ha calificado de exagerados los datos que difundió la ONU a finales de noviembre.

El informe de Naciones Unidas sobre la situación en Irak calculaba que en octubre murieron 3.709 civiles iraquíes de forma violenta -una media de casi 120 al día-, la mayor cifra registrada en un mes desde marzo de 2003. La investigación de la ONU aseguraba que en julio murieron 3.590 personas, 3.009 en agosto y 3.345 en septiembre, y también cifraba en 1,6 millones el número de refugiados que ha provocado el conflicto civil (600.000 de los cuales se encuentran en Jordania). Además, desde febrero del año pasado, cuando se produjo el ataque contra el mausoleo chií de Samarra, cerca de medio millón de personas se han convertido en desplazadas.

Muchos de los asesinatos incluyen secuestros y torturas, y, aunque en muchos casos afectan a hombres, también aparecen decenas de cadáveres de niños y mujeres. Los civiles iraquíes son víctimas de violencia de todo tipo, desde los ataques sectarios hasta los atentados de la insurgencia contra las tropas de la coalición o contra los militares y policías iraquíes. Un informe estadounidense difundido a finales de 2005 calculaba que, aunque el 80% de los ataques de la insurgencia tenía como objetivo las tropas estadounidenses, el 80% de las víctimas eran, al final, civiles iraquíes.

Un informe difundido por el Pentágono a mediados de diciembre llegaba a conclusiones similares. El documento estimaba que los iraquíes y los estadounidenses han sufrido un promedio de 960 ataques a la semana entre principios de agosto y principios de noviembre. Se trata del mayor número de actos de violencia desde que el Departamento de Defensa de EE UU inició esta publicación trimestral en 2005. Aunque la mayoría de los objetivos son estadounidenses, los iraquíes constituyen el grueso de las víctimas. La cifra media semanal representa un aumento del 22% respecto al trimestre anterior, cuando se registraron 785 ataques a la semana.

Soldados de EE UU interrogan a un hombre durante el registro de su casa ayer en un barrio de Bagdad.
Soldados de EE UU interrogan a un hombre durante el registro de su casa ayer en un barrio de Bagdad.AP

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