El Gobierno mexicano investiga un fraude que salpica al PRI
El Gobierno mexicano presentó el martes una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) para que sean investigados unos créditos fraudulentos que salpican directamente al opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), favorito en las elecciones del año próximo. Los créditos, obtenidos por el Estado de Coahuila (norte del país), fueron tramitados, sostiene la acusación, con documentos falsos. Se trata de un total de cinco préstamos por un monto global de 5.300 millones de pesos (284 millones de euros). Cuatro de esos préstamos fueron solicitados cuando Humberto Moreira, actual presidente nacional del PRI, era gobernador de Coahuila.
La querella presentada por el Gobierno de Felipe Calderón (PAN, derecha) convierte un asunto de tribunales en un escándalo que ha trascendido a parte de la prensa mexicana. Al menos desde junio, distintos actores habían denunciado que Humberto Moreira, un hombre de personalidad recia, dejó una deuda descomunal en su Estado. El calibre del hoyo financiero no se conoció sino hasta pasadas las elecciones para gobernador realizadas en julio, cuando el candidato priísta -Rubén Moreira, hermano del líder nacional priísta- arrasó con más de 25 puntos de ventaja sobre su más cercano contrincante.
La acusación sostiene que se dieron créditos por 284 millones con documentos falsos
Cuando en diciembre de 2005 Humberto Moreira llegó al Gobierno de Coahuila, ese industrializado Estado tenía deudas por 300 millones de pesos (16 millones de euros). Cuando a principios de 2011 Moreira solicitó licencia para convertirse en líder nacional de los priístas, la deuda se calculaba en 8.000 millones de pesos, un aumento ya considerable. Pero en junio surgieron acusaciones de que la deuda estaba muy por encima de esa cifra. Funcionarios coahuilenses, y el propio Moreira, atribuyeron las denuncias a las pugnas electorales. Pero apenas pasaron los comicios se comenzó a mencionar que Coahuila era "la Grecia mexicana".
En México, salvo el Distrito Federal, los otros 31 Estados son soberanos y pueden solicitar tanta deuda como sus respectivos congresos locales autoricen. Sin embargo, cuando los préstamos se garantizan con las participaciones que el Gobierno federal entrega a las entidades, los Estados tienen que notificarlo a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para que esta pague directamente a los bancos que prestaron.
En mayo pasado, el Banco del Bajío tramitó en Hacienda el pago de un préstamo a Coahuila por 1.000 millones de pesos. Fue entonces cuando las autoridades federales se dieron cuenta de que el crédito sí existía, pero el respectivo registro no. Ese fue el primero de los cinco casos que ahora el Gobierno investiga.
El presunto fraude es tan burdo que se incluyeron en la documentación copias de supuestos decretos y autorizaciones por parte del congreso de Coahuila que nunca existieron. La investigación solicitada por Calderón incluye a un exfuncionario de Hacienda, que firmó los registros fraudulentos que fueron otorgados por Coahuila a los bancos.
Hace meses, cuando Moreira comenzó a ser cuestionado, alegó que los panistas lo atacaban a causa de las derrotas que les propinó; posteriormente señaló que él mismo había solicitado formalmente que se investigara el caso, que involucra a uno de sus principales colaboradores, su exsecretario de Finanzas Javier Villarreal, para finalmente señalar el pasado lunes que no piensa renunciar a su cargo en el PRI. "El ofendido soy yo, ha habido un trabajo de linchamiento político", dijo.
Ayer la noticia principal del diario Reforma, el que más puntualmente ha sostenido las investigaciones sobre el caso, revelaba que la familia de Javier Villarreal, el operador financiero de Moreira, pasó de poseer una pequeña cafetería en la fronteriza Matamoros a ser dueña, en pocos años, de negocios y propiedades en Tejas. Es el segundo colaborador de Moreira cuyo enriquecimiento es exhibido por Reforma. Si bien es cierto que Moreira no aparece en las investigaciones, todo el mundo sabe que en Coahuila nada se movía, ni se mueve hasta hoy, sin su voluntad.
