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Entrevista:ANDRZEJ WAJDA | Cambio en Polonia

"Han utilizado el resentimiento para gobernar"

Cristina Galindo

El de los Kaczynski ha sido un periodo negro en el que muchos se han visto perseguidos por su pasado, comunista o no (pese a que hace 18 años que cayó el muro de Berlín), y el país se ha ido aislando cada vez más de la UE. Andrzej Wajda, uno de los directores clave del cine europeo, lo sabe. Luchó de joven contra los nazis, después fue uno de los símbolos de un país ocupado por los soviéticos y, a lo largo de los años, se ha convertido en uno de los mejores narradores de la historia polaca.

A sus 81 años, Wajda considera que los dos últimos son tiempo perdido: "Han estado plagados de errores", dice en una entrevista mantenida en las oficinas de los estudios Akson, en Varsovia. Cuando se le pregunta por esas equivocaciones, contesta: "El Gobierno que aún está en el poder ha recurrido al resentimiento contra la Polonia comunista para gobernar. Ése ha sido su gran error".

"Espero que Donald Tusk no me defraude; es pronto para juzgar" "El pasado es el pasado, no hay que olvidarse, pero sí superarlo"

El director, que muestra su apoyo a la victoria de la Plataforma Cívica, desaprueba la forma maniquea de los Kaczynski de entender la vida: "Las mentiras de los que intentan presentar la realidad con blancos y negros, sin tener en cuenta su complejidad, se acaban descubriendo".

Tras dos años de Gobierno de los Kaczynski, Polonia está desestructurada. "Querían crear un Estado de bienestar como el alemán o el francés. Crearon en la población unas falsas expectativas. Se ha intentado inculcar a la gente que lo merecemos, pero no había fundamento porque Polonia no es tan rica como Alemania o Francia".

Lo que más le molesta a Wajda es que los gemelos han bloqueado las iniciativas de la sociedad polaca en los últimos dos años: "Tener iniciativas es clave para cualquier sociedad, pero nuestro Gobierno las ha bloqueado todas y por eso no hay un verdadero desarrollo económico y cultural. Cualquier polaco con una iniciativa era sospechoso. Se les ha intentado parar los pies, por eso muchos se han marchado de Polonia", asegura.

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Se calcula que hasta dos millones de polacos (de 38 millones) se han marchado a trabajar a otros países europeos desde la entrada de Polonia en la UE, en mayo de 2004, sobre todo al Reino Unido e Irlanda.

"¿Por qué se va la gente de mi país? Casi todo el cine polaco actual trata sobre temas cotidianos, y eso está bien, pero yo quiero saber por qué la gente se va, por qué se quedan los que se quedan, quiero que los jóvenes me cuenten el proceso de transformación que está viviendo Polonia".

El nuevo Ejecutivo, que con casi toda probabilidad formará Donald Tusk en las próximas semanas, le entusiasma. "Espero que no me defrauden; es pronto para juzgar, pero habrá que ver cómo se mueven en las relaciones con sus socios de Gobierno", explica Wajda, uno de los miembros más destacados de la Escuela de Cine Polaca y poseedor de un Oscar honorífico. Durante la época de Solidaridad -en la que Tusk también participó-, Wajda mostró su devoción por el movimiento con dos películas: El hombre de mármol y El hombre de hierro (en esta última, Lech Walesa hace de sí mismo).

Precisamente, el director acaba de estrenar una película sobre la mentira. Más de dos millones de polacos han ido a ver Katyn, que es toda una lección de historia, desde finales de septiembre. La cinta cuenta la ejecución de 20.000 oficiales polacos a manos del Ejército soviético en un bosque ruso en 1940.

La película ha abierto viejas heridas en la memoria histórica de los polacos, que todavía recelan de Rusia por la época comunista. "No pretendía abrir heridas; es un homenaje a aquellos soldados. El pasado es el pasado, no hay que olvidarse, pero sí que hay que superarlo".

Las fosas comunes fueron descubiertas por los alemanes en 1943, cerca de la ciudad rusa de Smolensk, pero la URSS siempre negó su responsabilidad en la masacre. Culpó a los alemanes y forzó a la Polonia de posguerra a hacer lo mismo. El padre de Wajda fue uno de esos oficiales y el director de cine, que cuando falleció su padre tenía 17 años, tuvo que vivir con la mentira de Katyn durante años.

"Lo que queremos es que Rusia reconozca lo que pasó", cuenta Wajda. "Rodar esta película me ha hecho feliz; me he quitado un peso de encima".

Andrzej Wajda, en Varsovia en septiembre pasado.
Andrzej Wajda, en Varsovia en septiembre pasado.AFP

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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