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Entrevista:JOSÉ MIGUEL INSULZA | Secretario general de la Organización de Estados Americanos

"Hay otros países con problemas de democracia en América, no sólo Cuba"

Antonio Caño

El socialista chileno José Miguel Insulza (Santiago, 1943), secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), es uno de los responsables de hacer realidad algunas promesas que se hicieron el mes pasado en la Cumbre de las Américas. Su objetivo, según confiesa en esta entrevista realizada en su despacho en Washington, es reincorporar a Cuba al sistema iberoamericano y evitar que se mida a Venezuela con un rasero distinto de los demás. Insulza llegará hoy a Madrid para asistir a diversas conmemoraciones de los bicentenarios de las independencias iberoamericanas.

Pregunta. Después de la oferta de diálogo hecha por Barack Obama en la cumbre de Trinidad y Tobago no se han visto más avances en la relación entre Estados Unidos y Cuba. ¿Espera novedades pronto?

"La mayor parte de América Latina es partidaria de levantar el embargo"
"Muchos informes contra Cuba y Venezuela tienen base ideológica"

Respuesta. Creo que lo que todo el mundo espera es que el proceso de acercamiento con Cuba siga. ¡Ojalá se pudieran anular ya, por ejemplo, la resolución de 1962 que excluyó a Cuba del sistema interamericano! Eso no significa que vuelva de inmediato a la OEA, pero significaría poder comenzar un diálogo, una conversación con Cuba. ¡Ojalá se avance en los pasos que ha anunciado el presidente Obama respecto del embargo! Lo que se espera ahora son resultados concretos.

P. ¿Debe Estados Unidos levantar ya el embargo?

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R. Creo que toda la gente en América Latina cree que fue una mala idea desde un principio y que hay que hacer otra cosa.

P. ¿Debe hacerlo sin esperar a gestos de parte de La Habana?

R. No creo que esto haya que plantearlo como un quid pro quo [una cosa por la otra]. Si esto es un quid pro quo, estamos lo mismo que antes. Creo que hay que cambiar de política y esperar resultados.

P. ¿Es partidario del levantamiento inmediato del embargo?

R. Soy partidario. Siempre lo he sido y la mayor parte de América Latina lo es. Pero también soy partidario de la democracia en Cuba, y tengo la esperanza y la convicción de que el levantamiento del embargo ayude a los fines de la democracia en Cuba.

P. ¿Respondería de forma positiva el Gobierno cubano?

R. Creo que en Cuba hay un cambio, hay movimientos, cosas que están ocurriendo. Por supuesto, se trata de una apuesta. Pero es una apuesta de poco riesgo teniendo en cuenta que la alternativa no ha dado resultados.

P. ¿Y también es usted partidario de la reincorporación de Cuba a la OEA?

R. Hay dos problemas ahí. Primero hay que eliminar la resolución de 1962 que excluye a Cuba por ser miembro del eje soviético. No muchos países podían presumir de democracia entonces, así es que no se le excluyó por la falta de democracia. Pero después tenemos 48 años de resoluciones de la OEA, entre ellas la Carta Americana de Derechos Humanos, sobre las que tenemos que conversar con Cuba. Ninguna de esas resoluciones impide formalmente la participación de Cuba. Se habla del objetivo común de llegar a la democracia y al pleno respeto de los derechos humanos. Pero también podemos hacer ese proceso y llegar a ese fin con Cuba.

P. Da la impresión de que ve usted la incorporación de Cuba a la vuelta de la esquina.

R. No es algo que va a ocurrir de la noche a la mañana. Va a ocurrir a través de un proceso. No creo que vaya a producirse en la próxima asamblea de la OEA [el mes próximo]. Pero a mí me gusta que los procesos que uno desencadena avancen rápidamente. Si conversamos y Cuba está dispuesta, Cuba podría comenzar a aparecer en algunas reuniones sobre temas sociales y cosas por el estilo. Lo primero es eliminar la resolución del 62. Hay que sacar una cerradura que está oxidada, y después abrimos la puerta.

P. ¿Cree usted posible una nueva Cumbre de las Américas sin la presencia de Cuba?

R. No creo, lo veo muy difícil. Creo que los tres años que quedan para entonces es tiempo suficiente para resolverlo.

P. ¿Qué le pareció el saludo entre Obama y Chávez en Trinidad?

R. Yo soy partidario de que la diplomacia funcione y, en ese sentido, el mayor valor de la Cumbre de las Américas fue esa transmisión de buena voluntad. Pero después hay que hacer las cosas bien, porque si no hay resultados concretos eso puede cambiar.

P. Pero parece haber durado poco esa buena voluntad porque esta misma semana Chávez ha vuelto a criticar a Obama.

R. Se molestó por el informe sobre terrorismo. No soy un comentarista de la política norteamericana, pero hay procedimientos, como estos informes del Departamento de Estado, que no reflejan las nuevas políticas, que son más inercia del pasado. A Chávez no le gustó.

P. ¿No le preocupa que, en todo este esfuerzo de integración, se sacrifique la democracia, se rebajen los listones de democracia en la región?

R. No, no. Yo estoy diciendo simplemente que ese listón esté a la misma altura para todos, y que con ese listón a la misma altura se puede conversar mejor. Es más fácil promover la democracia si se mide a todos por el mismo rasero. Yo, particularmente, cuando me llega un informe de un organismo por ahí que habla de la falta de democracia en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, yo me pongo sospechoso.

P. ¿No hay problemas de falta de democracia en Cuba?

R. Por supuesto que sí. Hay problemas de democracia en América Latina. Si me pregunta si Cuba cumple con los dictados de la Carta Democrática Interamericana, yo podría nombrar como siete u ocho países que no la cumplen.

P. ¿Y no hay un retroceso de la democracia en Venezuela?

R. De eso ya no estoy tan seguro. Eso es un tema a discutir.

P. ¿No hay problemas de democracia en el resto de los países que menciona?

R. Por lo menos no más que en otras partes.

P. ¿Dónde?

R. No, eso no lo voy a decir. Pero creo que algunos de esos informes de derechos humanos están motivados por razones simplemente ideológicas. Yo, si hay un problema de derechos humanos en un país, estoy dispuesto a conversarlo, pero si lo hay en otro también.

José María Insulza, durante una visita a Madrid, en 2006.
José María Insulza, durante una visita a Madrid, en 2006.ULY MARTÍN

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