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Entrevista:EDUARDO MEDINA MORA | Fiscal general de México

"Hay regiones donde las mafias disputan la autoridad al Estado"

Un año después de la llegada de Felipe Calderón a la Presidencia de México, la lucha contra el narcotráfico sigue siendo el mayor desafío del Estado. Eduardo Medina Mora (Ciudad de México, 1957) tiene el mandato de poner coto a los desmanes de los carteles de la droga, desde su puesto de procurador general de la República, que reúne competencias del fiscal del Estado y del ministro de Justicia.

En algunos territorios de México, el crimen organizado campa a sus anchas. Hay historias de película: un convoy de la muerte se adueña durante horas y con total impunidad de la ciudad de Cananea (Sonora); un comando armado asalta la morgue de Tijuana y se lleva un cadáver; otro grupo de sicarios irrumpe en un hospital en busca de un herido, tres cantantes de música norteña han sido asesinados en las últimas semanas y la lista de decapitados en ajustes de cuentas crece imparable. "El esfuerzo del presidente Calderón en su primer año de Gobierno va dirigido esencialmente a recuperar para los mexicanos el derecho a vivir en paz y tranquilidad en sus comunidades", dice el procurador.

"La policía está muy fragmentada, con 1.600 cuerpos en todo el país"
"Hemos hecho un gran esfuerzo. Los decomisos han sido históricos"
"El narco movió 6.800 millones de euros por la frontera con EE UU"
"Somos vecinos del primer mercado mundial de drogas. Ése es el problema"
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En su amplio despacho en la avenida de la Reforma, de la Ciudad de México, Medina Mora repasa logros y fracasos, y habla sin rodeos de debilidad institucional en las fuerzas de seguridad: "Tenemos una policía altamente fragmentada, con más de 1.600 cuerpos de policía distintos en todo el país".

Pregunta. ¿En qué medida la falta de una policía que genere confianza dificulta la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado?

Respuesta. Es un tema central. En algunas regiones del país, no muy extensas pero sí muy visibles, la delincuencia organizada, las mafias, le disputan al Estado potestades básicas, como el monopolio del uso de la fuerza y el derecho exclusivo a cobrar impuestos.

P. ¿Cuáles son los territorios en los que el crimen organizado trata de tú a tú al Estado?

R. La mayor impunidad es en la frontera norte, especialmente en los Estados de Baja California y Tamaulipas, en los extremos de la costa del Pacífico y de la costa del golfo de México.

P. La impunidad del crimen organizado contrasta con el panorama optimista que dibuja el presidente Calderón. ¿Peca de triunfalismo el Gobierno a la hora de evaluar la lucha contra el crimen organizado?

R. Creo que no. Hemos golpeado seriamente la capacidad operativa y logística de las organizaciones delictivas. Los decomisos históricos de cocaína, metanfetaminas, seudoefedrina, marihuana, etcétera, han sido muy significativos este año. En México, desarticulamos la organización más importante de Occidente de tráfico de seudoefedrina, materia prima de las metanfetaminas. La organización del chino Zhenli Ye Gon introducía más de 100 toneladas de seudoefedrina al año.

P. Pero en 2007 han aumentado las muertes violentas.

R. Hubo un aumento en abril y mayo. En periodos posteriores, la disminución fue consistente, con una tendencia a la baja. El presidente Calderón dijo desde el primer día que ésta sería una batalla a largo plazo, que costaría mucho esfuerzo, recursos y vidas humanas.

P. ¿Con cuántos muertos termina el año 2007?

R. El problema son las ejecuciones, que son homicidios dolosos cometidos con algún grado de violencia extrema y que pueden ser atribuibles a la delincuencia organizada. En nuestra cuenta, cerraremos el año con unas 2.500 ejecuciones. El año pasado terminamos con 2.350.

P. Usted ha denunciado intentos del narcotráfico de interferir en procesos electorales.

R. Es indudable. En Estados como Tamaulipas y Michoacán tenemos datos, denuncias de candidatos que fueron intimidados o secuestrados, que recibieron amenazas con la pretensión de influir en el resultado y en la conducta de los contendientes en una elección.

P. ¿Hay gobiernos municipales o estatales penetrados por el narcotráfico?

R. Hay policías municipales que están colapsadas, que funcionan más como un apoyo a las tareas del crimen organizado que a las tareas de seguridad pública y protección ciudadana. Es ahí donde la responsabilidad de los gobernadores y alcaldes es mayor.

P. ¿Es un fracaso del Estado que uno de los grandes capos de la droga, como el Chapo Guzmán, se pasee impunemente en algunas zonas de la República desde que se fugó de la cárcel hace siete años?

R. Es una asignatura pendiente. Este capo del cartel del Pacífico es una figura emblemática, muy visible. Lo arrestaremos, pero el Chapo Guzmán ya no tiene un papel activo en la organización. Desde luego, su captura sería de una gran rentabilidad política y mediática, porque su figura es usada como un elemento de distracción.

P. En la lucha contra el lavado de dinero procedente del narcotráfico tampoco ha habido grandes logros.

R. México recibe del sistema bancario de Estados Unidos alrededor de 1.000 millones de dólares en efectivo al año para satisfacer necesidades del propio sistema financiero, y devuelve a EE UU cerca de 17.000 millones de dólares. Hemos rastreado con las autoridades y las instancias de inteligencia estadounidenses este flujo de efectivo. Una parte puede explicarse por el turismo, transacciones fronterizas y dinero de los emigrantes mexicanos, pero hay 10.000 millones de dólares [unos 6.800 millones de euros] que cruzaron la frontera en efectivo que no tienen otra explicación que no sea el narcotráfico.

P. ¿Cómo valora la colaboración de EE UU en la lucha contra el tráfico de drogas?

R. En el aspecto de cooperación internacional, EE UU juega un papel fundamental. México tiene un problema de narcotráfico inmenso por su vecindad con el primer mercado de drogas del mundo. Hemos hecho un esfuerzo muy grande y pedimos a EE UU que asuma su responsabilidad. Por ejemplo, en el tráfico ilícito de armas. El poder de fuego de las organizaciones criminales no se explica sin la adquisición de armas de alto poder en el país vecino.

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